HURACANES EN PAPEL™ - Reseñas literarias

Sólo me queda esperar la aparición de un Nuevo Tifón Literario de magnitud cinco como los producidos por Mikhail Bulgakov, Thomas Pynchon o Roberto Bolaño. Ese día llegará y mi búsqueda no habrá sido en vano. Huracanes en papel™ 2007-2024

domingo, 24 de marzo de 2013

Aire de Dylan, de Enrique Vila-Matas

Ninguno de nosotros somos una isla. Ninguno somos algo completo en sí mismo. Somos un fragmento del mundo, una parte del conjunto de nuestra sociedad de aire, cenizas que llegan a playas de arena blanca para fundirse en el océano. 

Vilnius Lancastre, tiene Aire de Dylan. Viste de negro, su nariz y su larga cabellera son como las de Bob Dylan. Y mientras el mundo gira, Vilnius huye de todas las máscaras modernas para viajar a lo auténtico, hacia la emoción original, situándose en un lugar inédito y raro, un lugar nunca hollado por nadie, cargado de ruidos infraleves y extraños,  por donde viaja hipnotizado tras la estela más hermética del ruido eterno, como hizo Hamlet en su Teatro de la Realidad unido a las voces del espectro, que le atraviesan clamando venganza por la muerte de su padre. A veces la gente se ríe por la calle, al confundirlo con el cantante. 

Vilnius es presentado por Vila-Matas como una nueva variante del síndrome de Bartleby, encogido a no hacer nada, y como mucho a coleccionar en un Archivo General del Fracaso,  con sucesos del desastre.   El arte de Vilnius será lograr la quietud en medio del caos. Justo en el momento en el que se baja del taxi o justo cuando observa los labios de la persona que le habla por los laberintos de la sin lógica. Un arte baldío que manifiesta una fuerte crítica contra la actual banalidad de la cultura española, que le recuerda a Oblomov, el personaje radicalmente gandul de la literatura rusa, atraído por la nada.

Aire de Dylan es un claro esfuerzo de investigación literaria y una exploración a los territorios aún vírgenes de la literatura. Amantes de las letras doctas,  no intenten regresar al pasado y busquen una casa en el camino. Yo con estos vientos la  he encontrado. Sigo en tránsito gracias al tifón de Vila-Matas. Somos como un Kafka que se dirige a su hogar. Ahora sé que no daré nada por absolutamente certero porque el falibilismo arroja mucha más verdad.  Somos aire de modernidad, aire de Dylan, máscaras de multipersonalidad, ensueños en Tempus Fugit que prosperan hacia la sincronicidad. Que resurja el carácter del joven que se forja en los rigores del combate. Respiren ¡la alteridad! Hasta la próxima. ( Gracias V-L ).

"Cuando oscurece, siempre necesitamos a alguien"