HURACANES EN PAPEL™ - Reseñas literarias

Sólo me queda esperar la aparición de un Nuevo Tifón Literario de magnitud cinco como los producidos por Mikhail Bulgakov, Thomas Pynchon o Roberto Bolaño. Ese día llegará y mi búsqueda no habrá sido en vano. Huracanes en papel™ 2007-2024

domingo, 22 de diciembre de 2013

Informe del interior, de Paul Auster

En esta ocasión ha sido un placer para mis ojos psicológicos entrar en la vida interior de Paul Auster. Esta obra no sólo explica el nacimiento y la evolución de un escritor dotado de una imaginación singular, sino que lo hace demostrando ser uno de los grandes estilistas de la prosa. Así es Paul Auster. El año pasado, por estas mismas fechas, publicó Diario de invierno y me resultó un completo ocaso. Centrada en lo corpóreo, insulsa y baladí. Literatura epidérmica. Sin embargo Informe del interior es un trabajo meticuloso sobre lo psicológico, que le depara en el arte de ser y hace de sus letras, cápsulas del tiempo, que atrapan todo el movimiento que hay en lo inerte y en lo agitado. Literatura de tránsito. Un huracán en papel que siempre me robará una sonrisa desde la estantería. ¡Blum!

domingo, 1 de diciembre de 2013

Butcher's Crossing, de John Williams

El día de mi cumpleaños me hicieron dos excelentes regalos, la nueva tablet Nexus 7 y esta elegante obra de John Williams, el eslabón que enlaza la literatura de Herman Melville con la obra de Cormac McCarthy. Ambos nos describen la complejidad de la condición humana, enfrentando al hombre contra la naturaleza que le rodea. Melville lo consiguió persiguiendo a una ballena blanca y John Williams lo repitió con simplicidad en la caza del bisonte.

Este interesante y erudito escritor nació en el este de Texas en 1922 y se enamoró de la literatura en la escuela secundaria. Sus abuelos habían sido agricultores, y su padrastro trabajó como conserje en la oficina de correos local. Williams sirvió en la India y Birmania en el Cuerpo Aéreo del Ejército durante la Segunda Guerra Mundial, donde escribió una novela de aprendiz en su tiempo libre. Poeta, así como novelista, Williams pasó a fundar el programa de escritura de la Universidad de Denver, donde enseñó durante más de tres décadas. Se retiró en 1985 y murió en 1994.

Butcher's Crossing ( El cruce del carnicero) es su tercera novela. Estamos en los años de 1870 y Will Andrews, inspirado por Emerson, realiza una huelga por su cuenta, se retira de Harvard y utiliza una pequeña herencia para financiar la que será la última cacería de búfalos en el Oeste. En la Taberna de Jackson, Will, Miller, Charley Hoge y Fred Schneider, con una botella de whisky en mitad de la mesa y un vaso delante, decidirán la ruta y el plan para hacerse con más de un millar de pieles tupidas en el territorio de Colorado. McDonald pagará a cuatro dólares la pieza. Pero la expedición, a un valle virgen de Colorado's Rockies se convierte en una orgía de masacres sin sentido, impulsados por las obsesiones de Miller, un líder monomaníaco, similar al Ajab –Moby Dick–, que deja a sus hombres varados en la montaña a través de un invierno feroz y desesperado. Aunque ya son dados por muertos, regresan en la primavera a la ciudad de Kansas, a Butcher's Crossing, donde descubren que las modas han cambiado y sus pieles de búfalo tan caras ahora no tienen ningún valor. Las clases altas ya han comprado todos el suyo y no existe demanda ni mercado, igual que ocurrió con la piel de castor. En la expedición van a quedar secuelas porque uno de ellos murió en el camino y otro ha perdido la cabeza. Sólo Will se beneficia de la experiencia y a su regreso queda listo para su primera historia de amor con Francine, una prostituta de salón, la otra cara de su entrada en la edad adulta. Para todos los demás, incluyendo el lector, esta empresa fallida es expuesta con toda su belleza hueca y en contraste con la inmensa soledad de occidente y la brutalidad sangrienta con la que la sociedad norteamericana se construyó. 

Si Clint Eastwood tuviera que elegir un último western antes de dejar esta vida, Bucher's Crossing sería el cierre perfecto a su carrera.

"En la naturaleza existe un sutil magnetismo, que, si inconscientemente te dejas llevar, te guía por el buen camino; un magnetismo que no es indiferente a tu manera de andar. Al llegar a Butcher's Crossing la naturaleza se les presentó con tanta pureza que su poder de coacción había sido lo bastante fuerte para traspasar su voluntad, sus hábitos y sus ideas."

viernes, 15 de noviembre de 2013

Moby Dick, de Herman Melville

Durante todo este hermoso tiempo he sido pasajero de una prodigiosa ficción. Enrolado en el Pequod, un ballenero de dimensiones colosales, yo quedé sumergido en oníricas y magnánimas profundidades de mares lejanos, habitados por ultra-seres, cachalotes de una imperturbabilidad platónica, arponeros sedientos de aventura y tripulantes arañados en sus ojos por la furia del destino. El oleaje fue lo de menos. Es la representación de la vida lo que aquí sobresale. 

El hombre de la portada es el Capitán Ajab, un personaje carismático y complejo que lleva cuarenta años cazando ballenas, cuarenta años de privaciones, de peligros y tempestades, cuarenta años en el mar despiadado. Abandonó la tierra para hacer la guerra a los horrores de la profundidad, alimentado de sal seca, mientras el más pobre de los de tierra tenía a mano a diario fruta fresca y rompía el pan fresco del mundo. Ajab come en los barcos, mohosas cortezas, lejos, alejado océanos enteros de su joven esposa, casi una niña, con la que se casó, pasando los cincuenta, zarpando al día siguiente hacia el Cabo de Hornos, dejando tan sólo una huella en su almohada nupcial, dejando mas bien una viuda con su esposo vivo. La locura, el delirio, la sangre ardiente y la frente humeante, con las que el viejo Ajab ha arriado mil veces las lanchas para cazar furiosamente, babeando de rabia, su presa –¡más un demonio que un hombre!–, que necio, que viejo necio ha sido Ajab durante estos cuarenta años. 

Puedo decir que esta aventura me acompañará en el espíritu y que llevaré su peso en las alforjas con rumbo literario, como lo que fue, una de las aventuras más sorprendentes y asombrosas que dio la literatura norteamericana. Ahora no podría entender el mar sin la existencia de esta lectura. Uno no debería morir sin leer esta gran obra maestra de las letras. Conocer al capitán Ajab, es lo mismo que adentrarse en la extensa y abismal psicología del hombre universal. La caza del cachalote representa toda una batalla titánica de seres dominados por una voluntad monomaniaca, que dedican su vida a reducir ocultos miedos y a proyectar su identidad dicotómica en lo más puro, completo e incorrupto que habita en la naturaleza: Moby Dick

"[...] y el barco silencioso, como tripulado por hombres de cera pintados, día tras día se precipitaba abriéndose paso por toda la furiosa locura y el regocijo de las demoníacas olas."


domingo, 5 de mayo de 2013

Intemperie, de Jesús Carrasco

Una lectura interesante por su depurado lenguaje sobre la huída, el sometimiento, la tiranía, la violencia, los instintos y lo que resta de esperanza, pero que en su avance queda desprovista de argamasa y de sucesos significativos que estructuren un sólido guión para dimensionar plenamente el sofocante escenario sufrido por el niño-cicatriz, que debe escapar de lo abyecto y lo miserable que se encierra en su estepario pueblo, para desertar cauteloso hacia un horizonte de emancipación que le devuelva su verdadero pulso a la vida.

La obra arranca con un atractivo inicio, bajo un agujero de arcilla en un árido olivar, debido a la imperiosa urgencia de sobrevivir a la temida captura de sus perseguidores. La escenas guardan una riqueza en detalles esenciales y pulcros que permiten sentir el olor de la tierra, el temblor del niño, las pisadas terrosas y polvorientas que rastrean el refugio y, por su puesto, la agudeza mental de quien se inquieta por su vida para defenderla.  

Una obra que tendrá el aplauso de quienes no hayan leído La carretera de Cormac McCarthy, pero que adolecerá en débil intensidad literaria para quienes sí la conocen y han vivido su apocalíptica experiencia. La única diferencia está en, que en este caso, la figura del padre es sustituida por un cabrero, lo cual explica la portada. El título me parece lúcidamente acertado. Disfrútenlo. Se trata de la versión calurosa y extremeña de ésta potente obra de McCarthy.

jueves, 25 de abril de 2013

2020, de Javier Moreno

2020 de Javier Moreno es la visión apocalíptica de cómo la decadencia y la mediocridad humana en España podría llevarnos a una suerte de país derrotado, desahuciado y hostil. Leer a Javier Moreno supone recuperar una literatura inteligente que combina las atmósferas de Kafka, Vila-Matas y Cormac McCarthy, aportando claroscuros de modernidad e intuiciones audaces y poéticas en sus constantes frases con ingenio.

La novela está constituida por cuarenta microrrelatos que toman la misma dirección: 2020. Eurovegas ha sido inaugurada mientras la crisis económica sigue golpeando con potencia. La gente desahuciada malvive alojada en los aviones abandonados de la terminal de carga de Barajas. Jorge, un pobre Asperger, se hospeda en la cola de un MD-87 y trabaja en un comercio chino admirando la filosofía laboral de los chinos. Bruno Gowan, el director más joven de una multinacional de telecomunicaciones, desaparece sin motivo aparente. Había sido el numero uno de su promoción. Juega al tenis a un nivel más que aceptable y de pequeño fantaseaba con la idea de dedicarse a la pintura. Habla de iconoclasia, del efecto Shannon, de los códigos bidi y de la vanguardia del Canal 13. Josefina descansa desnuda sobre un diván de cuero negro. Es una mujer extremadamente sensible con excesiva propensión al misticismo y la despersonalización. A veces se cree la protagonista de un videojuego y está siendo tratada por su psicólogo. Es la hija de Lázaro, un detective privado a sueldo de PricewaterhouseCoopers que junto con Carlos, un trade de PwC, van todos a la búsqueda de Bruno Gowan, quien dicta su Evangelio, el Arte de la Guerra, en un mundo en descomposición.

2020 finaliza como una perfecta sinfonía, orquestada por diferentes tiempos que encajan en un tránsito de expiración, en una pura ruina que mostrará un simple, concreto y poético deseo, que nos permitirá acabar definitivamente con toda esta descomposición. Les dejo activa la intriga de ese deseo para invitarles a su lectura. El 2013 contiene obras literarias que nos ayudarán al cambio. Disfruten de las letras. Un país que lee, es un país sano ¡Blum!


"El mundo nos debe su existencia."

"Todo hombre que no se contradice a sí mismo es un imperfecto."

domingo, 7 de abril de 2013

Perdida, de Gillian Flynn

Curioseando por l'actualité litterairé encontré esta novela, calificada como la obra que desbancaba, por fin, el protagonismo enfermizo que los residuos de Grey propaló con romo afán por las barriadas incautas de la literatura del bestseller. Nunca pensé que después de la Trilogía Larsson la sombra deformada de la literatura de masas fuera tan baladí y mucho menos con un tema que ya fue lúcidamente explorado por el pasional Sacher-Masoch con La venus de las pieles, hace 143 años. Así que por el simple hecho de descubrir una posibilidad de tránsito, mi segundo movimiento fue accionar desde la Galaxy Tab 7" el buscador de Google Books y al dar con ella, leí todo lo que la muestra preparatoria me permitió. Era domingo. Al día siguiente me impacientó tener que esperar dos días para adquirir esta ficción Perdida de Gillian Flynn. Me atrapó su lectura, pero esperé, porque no soporto renunciar al contacto con el papel y mucho menos sentir ese vacío visual en los estantes de mi anaquel literario al consumir la obra. El e-book se diluye mientras que el libro, permanece. Tercer acto. Contención. Cuarto acto.  Llegó el día. Era un martes y la compré, y en la librería hablando con la dependienta, me dijo:—Será fácil superar a E.L. James—. Y me habló de Franck Thilliez. Quinto acto. La leí, en cada lapso de abstracción, en casa, en la playa. Con intermitente atención. Sexto acto. Ya estoy aquí. 

Chic-lit cutre de serie B importada de EEUU como si fuera la revelación del 2013. Love Story esperpéntica, previsible, mal escrita, ridícula y asombrosamente aburrida. Ahora sí que el estrato del pest-seller ha tocado fondo. Mañana mismo, me vuelvo a la librería a devolverlo. No hay espacio en mis estanterías para estas bufas comerciales. El fenómeno Grey está generando una nefasta epidemia de "libros para olvidar" que ponen en riesgo el sano criterio de las editoriales para entregar al lector obras mínimamente aceptables. Rodrigo Fresán se ha caído con todo el equipo, por mucho que quiera darle pompa a esta insustancial novela. La protagonista Amy Elliot Dunne no está perdida, está tan desfasadamente enloquecida y es tan ilógicamente perversa, que lo único que despierta es el hazmerreír del thriller. Séptimo acto. Me lanzo a la búsqueda de una verdadera obra literaria. Ahora sí que me tengo que desintoxicar. Tengan mucho cuidado. Clic.

domingo, 24 de marzo de 2013

Aire de Dylan, de Enrique Vila-Matas

Ninguno de nosotros somos una isla. Ninguno somos algo completo en sí mismo. Somos un fragmento del mundo, una parte del conjunto de nuestra sociedad de aire, cenizas que llegan a playas de arena blanca para fundirse en el océano. 

Vilnius Lancastre, tiene Aire de Dylan. Viste de negro, su nariz y su larga cabellera son como las de Bob Dylan. Y mientras el mundo gira, Vilnius huye de todas las máscaras modernas para viajar a lo auténtico, hacia la emoción original, situándose en un lugar inédito y raro, un lugar nunca hollado por nadie, cargado de ruidos infraleves y extraños,  por donde viaja hipnotizado tras la estela más hermética del ruido eterno, como hizo Hamlet en su Teatro de la Realidad unido a las voces del espectro, que le atraviesan clamando venganza por la muerte de su padre. A veces la gente se ríe por la calle, al confundirlo con el cantante. 

Vilnius es presentado por Vila-Matas como una nueva variante del síndrome de Bartleby, encogido a no hacer nada, y como mucho a coleccionar en un Archivo General del Fracaso,  con sucesos del desastre.   El arte de Vilnius será lograr la quietud en medio del caos. Justo en el momento en el que se baja del taxi o justo cuando observa los labios de la persona que le habla por los laberintos de la sin lógica. Un arte baldío que manifiesta una fuerte crítica contra la actual banalidad de la cultura española, que le recuerda a Oblomov, el personaje radicalmente gandul de la literatura rusa, atraído por la nada.

Aire de Dylan es un claro esfuerzo de investigación literaria y una exploración a los territorios aún vírgenes de la literatura. Amantes de las letras doctas,  no intenten regresar al pasado y busquen una casa en el camino. Yo con estos vientos la  he encontrado. Sigo en tránsito gracias al tifón de Vila-Matas. Somos como un Kafka que se dirige a su hogar. Ahora sé que no daré nada por absolutamente certero porque el falibilismo arroja mucha más verdad.  Somos aire de modernidad, aire de Dylan, máscaras de multipersonalidad, ensueños en Tempus Fugit que prosperan hacia la sincronicidad. Que resurja el carácter del joven que se forja en los rigores del combate. Respiren ¡la alteridad! Hasta la próxima. ( Gracias V-L ).

"Cuando oscurece, siempre necesitamos a alguien"