HURACANES EN PAPEL™ - Reseñas literarias

Sólo me queda esperar la aparición de un Nuevo Tifón Literario de magnitud cinco como los producidos por Mikhail Bulgakov, Thomas Pynchon o Roberto Bolaño. Ese día llegará y mi búsqueda no habrá sido en vano. Huracanes en papel™ 2007-2024

viernes, 21 de diciembre de 2007

El rayo verde de Julio Verne

Esta es la historia de un romance, el romance que acontecerá en la vida de la señorita Elena Campbel en aguas escocesas del Mar de las Hébridas. Aqui se relata la leyenda del rayo verde, de un verde maravilloso apenas visible en una quinta de segundo por la retina de quien consiga contemplarlo cuando el astro radiante se hunde lentamente y desaparece rozando la linea de agua de ese horizonte donde se funde el oceano Atlántico con el cielo. En ese preciso instante el sol lanza su último rayo de un verde espléndido, un verde cuya naturaleza no se encuentra ni en los variados verdes de los vegetales, ni en la paleta de un pintor, y genera en esa persona un tránsito hacia un nuevo estado de conciencia sobre sí mismo y sobre los que le rodean.

Este rayo tiene la virtud de hacer que aquel que lo ha visto no pueda jamás equivocarse en las cosas del corazón; su aparición destruye las ilusiones y las mentiras; y el que ha tenido la dicha de verlo sólo una vez, ya puede ver claro en su corazón, y en el de los demás.

Julio Verne, considerado como uno de los padres de la ciencia ficcion describió en este libro un fenómeno que es real, no se trata de una ilusión óptica. Es posible observar esta manifestación cromática en la salida o en el ocaso del sol, si las condiciones son favorables. Tal vez la virtud que le añade la ensoñación de la señorita Campbell pueda ser igualmente verdadera. Una vez hayan leido esta breve historia atenderán al sol con nuevos ojos. Les deseo que se diviertan y muy especialmente dentro de la cueva de la isla de Staff.

miércoles, 11 de julio de 2007

Caminando hacia Philip Roth

Posee una narración contundente, razonada, desinhibida y trasparente. Despierta la duda y el asombro apoyándose en personajes ricos y complejos que nos adentran en sus huellas vitales para experimentar las fronteras de la vida. Desata los nudos de nuestra percepción brincando, una y otra vez, en la inánime pradera de lo establecido. Crítico con su época, recupera el deseo de la insurrección, describe las relaciones humanas con instinto convulso. Su obra El animal moribundo posee los tintes de la confesión íntima, del secreto anidado en la experiencia, de la distancia entre vivir y ser. Gigante en su proceso de maduración, salpica con gotas de conocimiento nuestro cuerpos inertes y desidiosos rescatándanos hacia espacios dominados por pulsiones eróticas y aullidos que resuenan en nuestro animal moribundo.

Philip Roth desnuda la existencia, la vigila con serenidad y come de la carne fresca que el destino le presenta, con atmósfera al más puro estilo de Nabokov: protocolos de seducción, la cima de la juventud frente a las dentelladas del tiempo, celos, poder y la constante pregunta... ¿puedo dominar la disciplina de la libertad?

Sólo el sexo y el fulgor de la belleza sirven para luchar contra el destino

jueves, 31 de mayo de 2007

Verdadero Michel Houellebecq

Considerado el Jean-Paul Sartre de la literatura contemporánea francesa. Este autor es repudiado por unos y muy respetado por otros. Sus novelas producen emociones divergentes y discrepantes. Su estilo camina por terrenos puramente existencialistas: la libertad y la elección individual con sus consecuentes conflictos, subjetividad a raudales, temor y angustia casi persistentes y sexualidad en crudo. Su genialidad reside en plasmar cientificismo y actualidad con temas como la clonación, el deseo de inmortalidad y la posibilidad del amor. Sus novelas Las partículas elementales y Plataforma suscitaron numerosos y apasionados debates en la prensa internacional. Algunos medios le acusaron de misógino, decadente, reaccionario, islamófobo y pornógrafo. Sus variados detractores, tanto puritanos religiosos como notables izquierdistas, aprovecharon una entrevista realizada al autor en la revista Lire para denunciarle por "injuria racial" e "incitación al odio religioso". El juicio, celebrado en París en octubre de 2002, dividió a la comunidad intelectual internacional entre defensores y detractores de la libertad de expresión. Fue absuelto de todos los cargos: el juez argumentó en la sentencia que las críticas a la religión son perfectamente legítimas en un Estado laico.

Cada vez que aparece una nueva novela conquista la atención de revistas y suplementos literarios, sus ventas se registran en millones y se traduce en numerosas lenguas.

La clave de su éxito acaso hay que buscarla en uno de los poemas que Houellebecq publicó cuando aún no era nadie: «Toda sociedad tiene sus puntos débiles, sus llagas. Meted el dedo en la llaga y apretad bien fuerte (...) Hablad de la muerte y del olvido (...) Sed abyectos: seréis verdaderos

Señoras y señores... de mentes inquietas, nos encontramos ante una mente inteligente usada para fines ególatras, caóticos, desesperanzados y mediáticamente enfermizo. Leí cuatro obras con mucho interés, pero era una época en la que analizaba más la estética de la literatura que su contenido, siendo este último muy deficiente en Houellebecq. De hecho, sus personajes son seres decadentes y alienados sin un sólo brillo de espiritualidad. Desarmonizan. Suspenso.

El último caso de Roberto Bolaño

Lúcida, enigmática, veloz, truculenta, imprevisible, experimental, visionaria, laberíntica, valiente, virtuosa, madura, sigilosa y fugaz. Jamás pensé que la literatura podría generar en mi tal grado de atracción. Se adueñó de mi razón y de mi cuerpo. Sus letras me convirtieron en un insaciable espectador, crei pertenecer a la novela, podía estar dentro invisible observando cada suceso, cada detalle, cada movimiento. Ningún personaje notó mi presencia. Llegé a sentir miedo, ternura, naúseas, horror. 2666 es una advertencia dictada por un detective salvaje llamado Roberto Bolaño.

Bolaño murió a consecuencia de una dolencia hepática degenerativa, diagnosticada en 1992. Cuando falleció estaba a la espera de un trasplante de hígado. Sabía de su muerte inminente.

Escribió 2666 cuando ya estaba en competencia con la muerte, gravemente enfermo. Escribía incluso de madrugada para acabar una obra monumental, con angustia y temor por la posibilidad de no terminarla, al igual que sucedió con el Requiem de Mozart.

Falleció el 15 de julio del 2003, a los 50 años de edad. Su obra resplandece en la inmortalidad.