La novela arranca con un inicial triángulo amoroso invisible. Muy invisible. El de Adam, Rudolf y Margot. Son personajes muy interesantes. Atraen nuestra atención pero en su interacción no convencen. Fallan las alianzas. Sin embargo los escenarios por los que se mueven poseen una literariedad muy visible y muy valiosa. Lo entenderán sobre todo cuando lleguen a la Isla del Diablo.
Me resultó muy interesante la relación que se crea entre Adam y Rudolf. Realmente es inverosímil, descabellada, sin embargo motiva durante la lectura intentar descubrir que le mueve a Rudolf plantearle la propuesta de una revista literaria que llevará al poeta francés Bertrand de Born como icono y estandarte de su proyecto.
Los signos de ambientación para evocar Nueva York con Riverside Park o el hotel de París son todo un acierto. La novela explota en intensidad cuando Adam y Rudolf son atracados en la calle por un negro con una pistola sin balas. Yo pensé inmediatamente que Rudolf había preparado todo el acontecimiento para hacerle a Adam una jugarreta con el dinero que le paga para empezar con el trabajo de edición de la revista. Pero no. Es una cosa muy rara. Cuando se metan en escena sentirán esa misma incertidumbre.
La novela destaca especialmente por su forma de tratar el incesto entre Adam y Gwyn. Sin culpa ninguna, puesto que según ellos no hacen daño a nadie. Todo queda en su interior. Un tema realmente espinoso, que habrá generado cierto erotismo en los lectores pero que en mi caso ha suscitado únicamente inverosimilitud y un profundo escepticismo hacia su literatura del veto moral. Se queda a medias. Y por otro lado creo que Auster es todo menos maestro en erotismo. En un punto muy curioso de la novela describe un episodio de sexualidad dentro de una biblioteca que resulta un tanto grotesco. Sigo pensando que los inicios de sus ideas son muy potentes, son visionarios, pero no se consagran en su desarrollo. Se vuelven viscosos.
Me resultó muy interesante la relación que se crea entre Adam y Rudolf. Realmente es inverosímil, descabellada, sin embargo motiva durante la lectura intentar descubrir que le mueve a Rudolf plantearle la propuesta de una revista literaria que llevará al poeta francés Bertrand de Born como icono y estandarte de su proyecto.
Los signos de ambientación para evocar Nueva York con Riverside Park o el hotel de París son todo un acierto. La novela explota en intensidad cuando Adam y Rudolf son atracados en la calle por un negro con una pistola sin balas. Yo pensé inmediatamente que Rudolf había preparado todo el acontecimiento para hacerle a Adam una jugarreta con el dinero que le paga para empezar con el trabajo de edición de la revista. Pero no. Es una cosa muy rara. Cuando se metan en escena sentirán esa misma incertidumbre.
La novela destaca especialmente por su forma de tratar el incesto entre Adam y Gwyn. Sin culpa ninguna, puesto que según ellos no hacen daño a nadie. Todo queda en su interior. Un tema realmente espinoso, que habrá generado cierto erotismo en los lectores pero que en mi caso ha suscitado únicamente inverosimilitud y un profundo escepticismo hacia su literatura del veto moral. Se queda a medias. Y por otro lado creo que Auster es todo menos maestro en erotismo. En un punto muy curioso de la novela describe un episodio de sexualidad dentro de una biblioteca que resulta un tanto grotesco. Sigo pensando que los inicios de sus ideas son muy potentes, son visionarios, pero no se consagran en su desarrollo. Se vuelven viscosos.
Tengo que confesar que me fascinó encontrar en esta obra una extraña referencia de Auster hacia uno de nuestros mejores escritores vivos españoles. Al gran Vila-Matas. Califica sus libros de inútiles. Me quedé pasmado, iso facto. Vila-Matas inútil, ¡já! Es una afirmación terrible. ¡Monstruosa!
“Intenté leer pero, en aquellos momentos tal actividad se encontraba fuera del alcance de mis facultades de concentración. Todos los libros inútiles que había metido en la maleta para las vacaciones al sol. Novelas de Bernhard y Vila-Matas, poemas de Dupin, y Du Bouchet, ensayos de Sacks y Diderot: todos libros valiosos, pero ya inútiles, ahora que había llegado a mi destino.”
Después de esto no me preocupa en absoluto que Auster pueda molestarse con las ingeniosas críticas que le hace James Wood a su literatura.
Y para finalizar quiero aplaudir los enfoques que utiliza para tratar diferentes temas políticos, como el abuso que EEUU hace en la guerra contra Afganistán (el Vietnam de Obama), la pesadilla de las armas en Nueva York, el atentado contra las Torres Gemelas o el mayo del 68 francés. Junto a estos temas escoge también un tema de plena actualidad. La caída del Muro de Berlín. Comenta que constituyó uno de los acontecimientos más alarmantes de los últimos tiempos. La guerra fría había mantenido unido al mundo durante cuarenta y cuatro años en un simple pero efectivo universo binario compuesto de blanco y negro. Con la caída del muro entramos por lo tanto en un periodo de inestabilidad semejante al de los años previos a la Primera Guerra Mundial. Cuando ambas partes pueden hacerse desaparecer entre ellas ninguna aprieta el gatillo. Es un punto muerto permanente. La respuesta más elegante a la agresión militar en la historia de la humanidad. Interesante ¿no creen?
Pues nada más. Por mi parte aquí sello mis impresiones sobre la última obra de uno de los escritores más comerciales del planeta Tierra. Su final me gusta. Aún resuenan los martillazos contra esos pedruscos del colonialismo. Puedo decir que es la mejor novela que he leído de su repertorio, con un comienzo muy potente, como hizo con Un hombre en la oscuridad, a la que supera con creces sobre todo por centrarse en un ambiente mucho más literario, y con la que demuestra haberse empapado con muchísimas obras de la Literatura de Altura durante los siete meses que le costó escribirla en esa atractiva casa de Brooklyn repleta de libros. ¡Por cierto! Hace dos meses ha terminado de escribir otra novela muy finita que saldrá en 2010. Millones de personas la leeremos. Auster es un imán. ¡Disfrútenlo!“Durante el resto de mi vida, esté donde esté, haga lo que haga, irá siempre conmigo.”
Y para finalizar quiero aplaudir los enfoques que utiliza para tratar diferentes temas políticos, como el abuso que EEUU hace en la guerra contra Afganistán (el Vietnam de Obama), la pesadilla de las armas en Nueva York, el atentado contra las Torres Gemelas o el mayo del 68 francés. Junto a estos temas escoge también un tema de plena actualidad. La caída del Muro de Berlín. Comenta que constituyó uno de los acontecimientos más alarmantes de los últimos tiempos. La guerra fría había mantenido unido al mundo durante cuarenta y cuatro años en un simple pero efectivo universo binario compuesto de blanco y negro. Con la caída del muro entramos por lo tanto en un periodo de inestabilidad semejante al de los años previos a la Primera Guerra Mundial. Cuando ambas partes pueden hacerse desaparecer entre ellas ninguna aprieta el gatillo. Es un punto muerto permanente. La respuesta más elegante a la agresión militar en la historia de la humanidad. Interesante ¿no creen?
Pues nada más. Por mi parte aquí sello mis impresiones sobre la última obra de uno de los escritores más comerciales del planeta Tierra. Su final me gusta. Aún resuenan los martillazos contra esos pedruscos del colonialismo. Puedo decir que es la mejor novela que he leído de su repertorio, con un comienzo muy potente, como hizo con Un hombre en la oscuridad, a la que supera con creces sobre todo por centrarse en un ambiente mucho más literario, y con la que demuestra haberse empapado con muchísimas obras de la Literatura de Altura durante los siete meses que le costó escribirla en esa atractiva casa de Brooklyn repleta de libros. ¡Por cierto! Hace dos meses ha terminado de escribir otra novela muy finita que saldrá en 2010. Millones de personas la leeremos. Auster es un imán. ¡Disfrútenlo!“Durante el resto de mi vida, esté donde esté, haga lo que haga, irá siempre conmigo.”
3 comentarios :
Me gusta mucho Paul Auster. Este libro no lo he leído, me apetece mucho leerlo... se lo pediré a los Reyes Magos.
Saludos y Feliz Navidad
Nacho! Me voy al sábado a NY y lo tengo preparado para el avión! siempre quise leer a Auster desde el mismo NY...
¿De verás es el que más te ha gustado? ¿Más que El País de las ültimas Cosas o El Palacio de la Luna?? Que bien!
Yo te recomiendo el último (aunque en realidad es del 83, vamos lentos en España...) de Murakami... El FIn del Mundo y un Despiadado País de las MAravillas. Te he recordado mucho leyéndolo. Sé que te va a encantar.
A ver si a la vuelta nos vemos, Mongolia lo cambió todo... y tengo que contártelo. Un fuerte beso...
m.elena ¡qué te traigan muchas cosas los Reyes y que disfrutes con Auster. Yo también te deseo Feliz Navidad. Gracias.
¡Julieta! Sí, es el que más me ha gustado con diferencia. Vas a tener un importante punto de sincronicidad con la novela cuando leas por segunda y última vez la palabra "invisible" durante el relato si te lo terminas dentro del avión, volando hacia Nueva York. Ocurrirá en la página 230. ¡Disfruta mucho de tu viaje y de Auster! Como sé que pisarás por Brooklyn ten cuidado cuando anochezca. No te apartes de la gente. Algunos aprovechan los callejones oscuros para sacar la pistola. ¡Disfruta mucho!
Otro beso para tí, Julietísima y ¡Feliz Año 2010!
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