Novela inteligente de una prosa seductora, creada por una de las plumas más lúcidas del Planeta Tierra. Operación Dulce es un juego de espejos que activa al lector a pensar sobre las líneas entre la vida y el arte y las similitudes que emergen entre el espionaje y la escritura.
A Ian McEwan le gusta que reconsideremos las suposiciones que hacemos cuando leemos una obra de ficción y en este caso conjura un Londres en la década de 1970, durante la blanda Guerra Fría, con sus problemas económicos, las preocupaciones por los atentados del IRA y la inquietante asimilación que los cambios contraculturales supusieron en los años 60. Estos aspectos de "Sweet Tooth" (título original) mantienen al lector atento y ágil a través de la novela, pero por desgracia, dichos elementos no consiguen producir una compensación suficiente hacia el artificio de la historia que se precipita a la fractura por su final previsible.
Entiendo que es complejo llegar siempre a la perfección de Amsterdam, Expiación o Chesil Beach. A Philip Roth y a Thomas Pynchon también les pasa. Aún así leer algo nuevo de Ian McEwan me parece un privilegio para la mente. Esperaré a la próxima entrega.
Entiendo que es complejo llegar siempre a la perfección de Amsterdam, Expiación o Chesil Beach. A Philip Roth y a Thomas Pynchon también les pasa. Aún así leer algo nuevo de Ian McEwan me parece un privilegio para la mente. Esperaré a la próxima entrega.
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