HURACANES EN PAPEL™ - Reseñas literarias

Sólo me queda esperar la aparición de un Nuevo Tifón Literario de magnitud cinco como los producidos por Enrique Vila-Matas, Thomas Pynchon o Roberto Bolaño. Ese día llegará y mi búsqueda no habrá sido en vano. Huracanes en papel™ 2007-2024

domingo, 28 de junio de 2009

La reina en el palacio de las corrientes de aire, de Stieg Larsson

A las diez, como todas las mañanas, abrieron mi librería fetiche y allí estaba yo, cruzando el umbral de su puerta, mientras me quitaba las gafas de sol en tan brillante día. —¡Buenos días! (sonrisa radiante) ¡Ya es 18 de junio!— Félix, el joven librero, alargó la mano ipso facto por debajo del mostrador y sacó mi ansiado tesoro, liberándolo a mi afanosa vista, producto de la rabia por tan larga espera. Observé la portada cautivado, y me produjo desolación. Una mujer articulada, con sutil mimo y precisión acariciaba vigilante su azabache melena que le colgaba extensa por delante del cuerpo, fundiéndose en la oscuridad de sus soledades, con mirada suspicaz. La reina en el palacio de las corrientes de aire. ¿Quién será esta vez? Me ardía la curiosidad. Salí de la librería con diligente impulso y porté el macizo volumen hasta casa. Me senté en mi Silla Giratoria MARKUS e inicié tan codiciada lectura acompañado con una tetera rebosante de Té de Loto y dispuesto a calmar mi voracidad larssoniana.

Millenium III se centra sobre todo en el entramado de espionaje entre Rusia y Suecia durante los años setenta y ochenta, época en la que Lisbeth es internada en un psiquiátrico para anular su cuerdo testimonio y su peligrosa rebeldía. El personaje de Zalachenko (padre de Lisbeth Salander) le permite rescatar temas como el misterioso asesinato del socialdemócrata Primer Ministro Olof Palme, considerado por la Säpo como un espía ruso que conspira contra la extrema derecha de Suecia; destapa a su vez la avaricia de muchas empresas de su país que obtienen estratosféricas ganancias despidiendo a todos sus trabajadores y explotando a niños que trabajan en Vietnam o Tailandia por ridículos e inhumanos salarios, consiguiendo así importaciones a muy bajo coste. Esto favorece el análisis de la trama extendiendo el interés a más contenidos que enlazan con el deseo de Larsson por denunciar las injusticias sociales.

La novela tiene momentos muy tensos, la intriga es adictiva y te lleva a devorar las páginas compulsivamente, sin embargo hay tramos que se hacen muy pesados. Hasta trechos de cuarenta páginas que te introduce en detalles superfluos que no le aportan nada a la historia ni a los personajes. Mucha paja indigesta que la aleja de la vertiginosidad narrativa de Los hombres que no amaban a las mujeres.

Destaco como elementos decisivos y jugosos de la novela, el proceso judicial en el que está implicada Lisbeth; la lúcida y potente defensa de Annika Giannini, su abogada; la función de apoyo que cumplen los componentes del grupo Hacker Republic, y el desenlace final ambientado en esa inhóspita y tétrica fábrica abandonada.

Reconozco que me reí mucho por cómo Lisbeth aborda sexualmente a Dieter, un hombre de negocios alemán con sobrepeso y casado, que aparece de forma casual en sus vacaciones en Gibraltar. Me resultó una escena un tanto grotesca. Creo que me cortó el rollo que tenía montado en la cabeza con Salander. No sé, tal vez fue un simple choque conceptual de identidad, pero me reí de lo lindo.

Aunque no se trata de Literatura de Altura, en conjunto, estoy muy contento con toda la Trilogía Millenium. Estoy seguro que seguirá ganando lectores y eso es un absoluto triunfo para la literatura. Siento que Lisbeth Salander se ha convertido en la actual Nora de Casa de muñecas de Henrik Ibsen. Un potente icono del feminismo contemporáneo. Stieg Larsson permanecerá en mi memoria como un héroe literario atravesando las arenas del tiempo, portando una blanca bandera con los valores de la igualdad, el derecho a la información y la justicia universal. Deseo que la literatura siga sus pasos derrotando a muchos Zalachenkos y enalteciendo el espíritu convulso y rebelde de próximos Salanders y Blomkvists. ¡Qué gran legado nos ha dejado Larsson!

5 comentarios :

Tot dijo...

Impresionante. Eres tu.
He paseado por tu maravillosa biblioteca de arriba-abajo... he apuntado varias de tus recomendaciones... y he echado de menos otras..
A ti, que te gustan los gatos... te dedico a Murakami (empieza con Kafka en la Orilla), a ti, que te gusta descubrir, te recomiendo El Descubrimiento del Cielo, de Harry Mulisch.

Encantada de encontrarte...
Julieta

Deborah dijo...

Hmm, creo que tenemos una opinion similar, chequea la mia. Me da flojera repetirla. Aqui esta:
inktense.blogspot.com

Tránsito Blum dijo...

Que mágico y mirífico reencuentro, Suprema Tot, diosa de la escritura, la música y la Luna. Una amante como tú de los libros tarde o temprano llegaría a este Alto Vacío. Celebro con ilusión la venida de tus primeros rayos lunares en Creciente Iluminante. Bienvenida a este espacio de Tránsito y de las Múltiples Verdades que acoge con cariño a tod@s aquell@s guardianes de la literatura.

Gracias por emerger de tus aguas a Muslich y Murakami. Del segundo estamos a la espera de "1Q84" y del primero lo anoto con entusiasmo en mi Libreta Dorada. Besos, Julietísima. Es un placer avistarte.

Tránsito Blum dijo...

Hola Deborah. Me gusta mucho cada elemento que citas sobre "La reina en el palacio de las corrientes de aire". Al nombrarlos dibujas la vivencia de tu lectura y me permite contemplar tu Cuadro Sensitivo de lectora entregada, simétricamente similar al mio, como he podido constatar. Yo también sufrí la misma punzada en el corazón cuando Zalachenko entró en la habitación del hospital de Lisbeth; me indigné cuando se destapó toda esa corrupción gubernamental y soporté cada gramo de tensión que emite la novela. Comparto la mayor parte de tus impresiones. Son muy interesantes.

Anónimo dijo...

Emocionante, ya estoy 'in', ya pertenezco al club de los lectores de Larsson. Ahora me pondré unas gafas de pasta y terminaré el libro. ¿Qué tiene Larsson? Debo de ir por la página 200 de 'Los hombres que no amaban a las mujeres', o que las odiaban..., y, pese a que sus anglicismos me exasperan, creo que Larsson merece ya una nota. Para mí no es tanto el libro, como él, gracias Larsson por ser un luchador, por haber golpeado con fuerza a ese occidente nacional socialista que conociste, gracias por jugarte la vida. Algunos vivimos la Literatura como una experiencia estética, nos dormimos serenos en los jardines japoneses de nuestra imaginación y me alegra que de vez en cuando alguien nos recuerde que hay aún fantasmas sociales que abatir y personas a las que defender (mujeres maltratadas, jovenes sin escolarizar...)

Me apunto a la saga, sin ansiedad, pero la apoyaré.

Gracias por haberme animado a empezar con Larsson.