
Félix de Azúa conduce a su Idiota no tanto por la vida como por las ideas, en su sendero donde la primavera camina recta mientras las segundas se curvan y se retuercen. Su obcecado estudio sobre de la felicidad degenera hábilmente e inevitablemente en un tratado sobre la soledad y la incomunicación del hombre, brindándole una sonrisa.
Su prosa está llena de metáforas titánicas, que envuelve con un cristalino ingenio intelectual. Sus ideas son directas y contundentes. Provocan un sólido impacto en nuestra percepción. Se lee muy rápido y se hace notablemente corta. Tiene ese tamaño preciso que al finalizar la obra salta a nuestra memoria la legendaria frase de Baltasar Gracián: Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Sonría antes, mientras y después.
2 comentarios :
Saludos Tránsito, :) sigue escribiendo.
Chicago.
La imagen que das en el chat de literatura, basada en tus evanescentes comentarios sobre lo sagrado y lo profamo, nada se asemeja con la profundidad y el buen orden de los pensamientos, que te suponemos, a través de la visión de este huracanado blog .
Sorpresas de la vida.
Enhorabuena, Tránsito de Ideas, por jugar tan bien al despiste personal y salir encima ganando.
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