HURACANES EN PAPEL™ - Reseñas literarias

Sólo me queda esperar la aparición de un Nuevo Tifón Literario de magnitud cinco como los producidos por Mikhail Bulgakov, Thomas Pynchon o Roberto Bolaño. Ese día llegará y mi búsqueda no habrá sido en vano. Huracanes en papel™ 2007-2024

jueves, 31 de mayo de 2007

Verdadero Michel Houellebecq

Considerado el Jean-Paul Sartre de la literatura contemporánea francesa. Este autor es repudiado por unos y muy respetado por otros. Sus novelas producen emociones divergentes y discrepantes. Su estilo camina por terrenos puramente existencialistas: la libertad y la elección individual con sus consecuentes conflictos, subjetividad a raudales, temor y angustia casi persistentes y sexualidad en crudo. Su genialidad reside en plasmar cientificismo y actualidad con temas como la clonación, el deseo de inmortalidad y la posibilidad del amor. Sus novelas Las partículas elementales y Plataforma suscitaron numerosos y apasionados debates en la prensa internacional. Algunos medios le acusaron de misógino, decadente, reaccionario, islamófobo y pornógrafo. Sus variados detractores, tanto puritanos religiosos como notables izquierdistas, aprovecharon una entrevista realizada al autor en la revista Lire para denunciarle por "injuria racial" e "incitación al odio religioso". El juicio, celebrado en París en octubre de 2002, dividió a la comunidad intelectual internacional entre defensores y detractores de la libertad de expresión. Fue absuelto de todos los cargos: el juez argumentó en la sentencia que las críticas a la religión son perfectamente legítimas en un Estado laico.

Cada vez que aparece una nueva novela conquista la atención de revistas y suplementos literarios, sus ventas se registran en millones y se traduce en numerosas lenguas.

La clave de su éxito acaso hay que buscarla en uno de los poemas que Houellebecq publicó cuando aún no era nadie: «Toda sociedad tiene sus puntos débiles, sus llagas. Meted el dedo en la llaga y apretad bien fuerte (...) Hablad de la muerte y del olvido (...) Sed abyectos: seréis verdaderos

Señoras y señores... de mentes inquietas, nos encontramos ante una mente inteligente usada para fines ególatras, caóticos, desesperanzados y mediáticamente enfermizo. Leí cuatro obras con mucho interés, pero era una época en la que analizaba más la estética de la literatura que su contenido, siendo este último muy deficiente en Houellebecq. De hecho, sus personajes son seres decadentes y alienados sin un sólo brillo de espiritualidad. Desarmonizan. Suspenso.

El último caso de Roberto Bolaño

Lúcida, enigmática, veloz, truculenta, imprevisible, experimental, visionaria, laberíntica, valiente, virtuosa, madura, sigilosa y fugaz. Jamás pensé que la literatura podría generar en mi tal grado de atracción. Se adueñó de mi razón y de mi cuerpo. Sus letras me convirtieron en un insaciable espectador, crei pertenecer a la novela, podía estar dentro invisible observando cada suceso, cada detalle, cada movimiento. Ningún personaje notó mi presencia. Llegé a sentir miedo, ternura, naúseas, horror. 2666 es una advertencia dictada por un detective salvaje llamado Roberto Bolaño.

Bolaño murió a consecuencia de una dolencia hepática degenerativa, diagnosticada en 1992. Cuando falleció estaba a la espera de un trasplante de hígado. Sabía de su muerte inminente.

Escribió 2666 cuando ya estaba en competencia con la muerte, gravemente enfermo. Escribía incluso de madrugada para acabar una obra monumental, con angustia y temor por la posibilidad de no terminarla, al igual que sucedió con el Requiem de Mozart.

Falleció el 15 de julio del 2003, a los 50 años de edad. Su obra resplandece en la inmortalidad.