
Max Morden, historiador de arte se retira a escribir al pueblo costero en el que de niño veraneó junto a sus padres tras la reciente muerte de su esposa después de una larga enfermedad. El pasado se convierte entonces en el único refugio y consuelo para Max, que rememorará el intenso verano en el que conoció a los Grace, por quienes se sintió inmediatamente fascinado, y en el que se inició a la vida y sus placeres –la amistad y el amor– pero también, al dolor y la muerte.
John Banville posee una escritura precisa, valiente. Su dominio del lenguaje es admirable. La creación del personaje de Max Morden corresponde a un trabajo minucioso, a un análisis psicológico profundo, a una exploración interior que ahonda en las cavidades más subterráneas de las emociones. Toca el alma de cada uno de nosotros. Nos quiere verdaderos. Enteros. Reales. Disfrútenla. Deja huella. Y posiblemente es una de las mejores novelas de la última década. Irlanda puede estar profundamente orgullosa de sus actuales literatos.
1 comentario :
Me quedo con este Banville antes que con su alter ego Benjamin Black:
Publicar un comentario