HURACANES EN PAPEL™ - Reseñas literarias

Sólo me queda esperar la aparición de un Nuevo Tifón Literario de magnitud cinco como los producidos por Mikhail Bulgakov, Thomas Pynchon o Roberto Bolaño. Ese día llegará y mi búsqueda no habrá sido en vano. Huracanes en papel™ 2007-2024

viernes, 17 de agosto de 2018

Versus, de Karlos Linazasoro

Versus ha sido un amuleto de verano, una sorpresa, como un mensaje de botella que llega expectante a la deriva por el océano, sin lógica ninguna, como el intento de escapar del tiempo histórico para detener el reloj y la muerte donde el instante del amor fugaz es la única eternidad. Vida y literatura serán sinónimos en este deleite de impulsos estoicos que reflejan la soledad, la nostalgia, la inmensidad y lo concreto, lo abstracto y la nada.

Capturé la obra en Los portadores de sueños, una céntrica librería de Zaragoza, de su selecta sección de novedades. Necesitaba algo fresco y maduro, y con esas reglas topé con el naufragio de Karlos Linazasoro, que me ofreció mucho más de lo primero que de lo segundo. Realicé la lectura en un viaje en tren por Euskadi.

Versus contiene una gran dosis de sincretismo cultural expuesto con su máxima brevedad y concisión, a modo de un Haiku-Naufragio. Cada estampa se basa en el asombro y la emoción que le produce al personaje la contemplación de su vida-pérdida. En estas letras sobrevive un poeta en decadencia que imagina como frase para su epitafio:

«Sigo esperado.»

Versus viajaba en un trasatlántico con Alice y mil doscientas personas, en una negra noche de tormenta. Las flechas de fuego, con una fuerza endiablada, partieron en dos el enorme barco, como si fuera de papel. Nada se sabe de ninguno de ellos. En la isla de Versus no hay espejos, sólo una palmera. No recuerda cuantos años lleva naufragado. Pueden ser seis o doce, pero pueden ser también dieciocho. A veces el mar le trae libros y ve ballenas a menudo, rojas, blancas, azules, de variados colores. Lleva una alimentación sana y equilibrada. Aprendió a beber agua salada, pues de lo contrario habría muerto. Lo sabe todo sobre el agua que toma. Cuando regrese a casa va a escribir una novela-náufrago. No toma apuntes, lo tiene ya todo en la cabeza.

«Según la mitología vasca, todo lo que tiene nombre, es.»






T

jueves, 16 de agosto de 2018

Relato soñado, de Arthur Schnitzler

Arthur Schnitzler fue el autor más representativo de la décadance austriaca de comienzos de siglo, el gran retratista de la época áurea del modernismo vienés, el mejor analista moderno de la pasión erótica. Médico y escritor, contiene una identidad doble y escindida. Coetáneo de Freud, su literatura despega a partir de 1900 con la lectura de La interpretación de los sueños la cual infiere en sus siguientes obras un carácter que escandalizará a toda la sociedad vienesa, llegando a convertirse en un autor prohibido en todo el imperio austriaco, pero a su vez muy respetado por la pujante generación de los Zweig, Roth, Mann o Herman Hesse. Supo reflejar admirablemente el ocaso de la aristocracia habsbúrgica, con todo su cortejo de miseria monetaria y moral, como la aparición simultánea de una clase burguesa ambiciosa, snob y falsamente cosmopolita. Pone en pie un mundo grandilocuente, adornado de un brillo de bengala, de ámbitos cerrados, inspirados en una doble moral, un mundo frívolo y exhibicionista, en su obsesión por distraerse, atraído por el baile, la fácil seducción, el tenis y el duelo como forma de solucionar las falsas cuestiones de honor, un mundo de proyección e ilusión narcisista, que capta con minuciosidad debido a su naturaleza de explorador de las profundidades psicológicas.

Relato soñado es una novela doble o Doppelnovelle, una literatura adscrita a la corriente de consciencia que bucea en el monólogo interior y que se centra en la narración de las aventuras y deseos eróticos de un matrimonio, Fridolin y Albertine, su bella mujer. Se trata entonces de narración doblada porque cada uno por separado contaran su historia. La obra se abre con una cita de las mil y una noches, el relato dentro del relato exótico, que leído por la hija del matrimonio antes de ir a dormir, nos transporta con la imaginación a un cielo azul estrellado donde, como en el sueño, todo es posible.

«Veinticuatro esclavos morenos remaban en la espléndida galera que llevaba al príncipe Amgiad al palacio del Califa. El príncipe, sin embargo, envuelto en su manto de púrpura, estaba echado en cubierta bajo el cielo de la noche, de un azul oscuro y tachonado de estrellas, y su mirada...»

Ambos padres recogen el libro y acuestan a su hija, ambos la besan, y ambos se quedan por fin a solas en su recámara y reanudan una conversación iniciada en la cena acerca del baile de máscaras al que asistieron la noche anterior. Ambos cónyuges habían sido levemente tentados: Fridolin por dos mujeres enmascaradas, Albertine por un caballero polaco. Al final de la velada, se juntan los esposos, se seducen mutuamente y acaban haciendo el amor en su cama. Bellísima historia matrimonial. Pero pasado un día, con sus afanes y rutinas, se encuentran de nuevo cara a cara al caer la noche y recuerdan y comentan lo que hubiera podido ser una ocasión perdida. Sobre esa charla ligera surge una conversación seria sobre los deseos ocultos y apenas sospechados que pueden embargar a cualquiera. Rebuscan en el pasado momentos en los que el deseo ha surgido inesperadamente y necesitan confesarse cómo han llegado, cada uno por separado, rozándolo, al límite de la infidelidad. Albertine, en pie de igualdad con su marido, le relata una aventura con un joven danés con el que habría estado dispuesta a abandonar a su familia.

«Si me hubiera llamado, no hubiera podido resistirme. Me creía dispuesta a todo; creía estar prácticamente decidida a renunciar a ti, a la niña, al futuro, y –añade– al mismo tiempo (¿puedes comprenderlo?) me eras más querido que nunca.»

La sombra del adulterio hiere a su marido que, aun confesando culpas parecidas, no acepta con facilidad el haber sido doblado por otro, aunque se haya tratado de un deseo no realizado. Fridolin esa noche debe salir a atender a un paciente y su salida se alargará en una infinita fuga literaria por los vericuetos eróticos de una ciudad doblada por la moral desenfrenada de una noche cualquiera. Fridolin no quiere volver a casa. Pasea y entra en un bar donde se encuentra a un viejo amigo pianista, un libertino que ha abandonado la ciudad. Está de paso tocando el piano en diferentes garitos. Le cuenta que esa noche debe tocar en una reunión de una sociedad secreta. El acceso es restringido; el relato de los ritos que allí se llevan a cabo excita la imaginación de Fridolin. Intenta a toda costa convencerle de que le facilite la contraseña que le permitirá franquear la entrada a la reunión. Y por supuesto logrará entrar.

Relato soñado fue la obra en la que se apoyó Stanley Kubrick para rodar Eyes Wide Shut. Muchos elementos de una extraña y fascinadora intensidad se entrecruzan y enlazan en este relato que dejó sin comentarios y sin palabras a Sigmund Freud. Schnitzler poseía una sutileza fuera de lo común y unas capacidades descriptivas y psicológicas extraordinariamente modernas, situando al lector en un terreno ambiguo y ambivalente, de una mágica ensoñación. ¡Blum! 


sábado, 4 de agosto de 2018

Patria, de Fernando Aramburu

La literatura vasca tiene la capacidad de envolverte y devolverte al Salón Supremo donde reina la inteligencia, la verdad y la justicia.

En un tiempo en el que mi país era asediado por las esperpénticas banderas de los nacionalismos y la prensa de masas agitaba y calentaba el ambiente con sus titulares populistas sobre los peligros de una amenaza de desunión de pueblos y territorios, justo en esos días en los que algunos ya expresaban su hartazgo contra los ataques hacia la patria, me encontraba en una céntrica librería de Zaragoza y mi atención se fue hacia un valiente  y a la vez osado título que un escritor vasco elegía para su última novela, una novela de Tusquets. Con la portada pude sentir un profundo frescor que sigue aún más presente tras atravesar la lectura. Nada sabía en ese momento de su obtención del Premio Nacional de Narrativa 2017, el mismo premio que también logró el escritor vasco, Kirmen Uribe, con Bilbao - New York - Bilbao . Tan sólo me atrapó  el título junto a un apellido vasco. Era audaz. Sería la primera vez que leía algo suyo. Descubrí que tenía un público fiel y una larguísima trayectoria, por lo tanto su capacidad literaria tenía más que recursos para enfrentarse a la honesta tarea de describir la tragedia del terrorismo en Euskadi. Hice la prueba de leer la primera página. ¡Blum! Tenía un estilo directo, potente, sutil, muy visual. ¡Ya estaba dentro! Aún sigo dentro. Ficción-Realidad. Adictivo. Renovador. Una bomba contra los residuos del miedo.

Patria de Aramburu  son las voces acalladas vascas que el tiempo guardó durante los silencios del dolor y la sinrazón. Patria es un concepto muy antiguo que rememora las batallas contra la identidad universal y la propiedad del territorio a golpe de sacrificios inhumanos, engaños y todo tipo de manipulaciones que sufrimos en vida. Patria puede entenderse como una simple etapa en la Historia de la Humanidad que se cura en la verde lejanía o la Iberia sumergida que sigue regada por la apacible agua de lluvia y el reflejo cada vez más azulado del Cielo que jamás abandonó Euskadi, tierra de fuertes y aguerridos Berik. La Patria de Aramburu es la inmensa energía inteligente que anida en el Alma Colectiva que no olvidará nunca los hechos y que luchará honrada y laboriosamente por su dignidad como hizo desde tiempos remotos. 

Aramburu ha descrito con la maestría de la experiencia y de las artes de la literatura una realidad de difícil digestión que debía ser expulsada. Esta obra es la señal definitiva de un pueblo que está sano y fuerte. La idea de unión no puede ser destruida por el populismo paleto de tintes políticos, votos, envidias y vidas materialistas. La Patria de Aramburu es una realidad alternativa a toda versión oficial, imborrable, que todos anhelamos, donde reside la Verdad, nuestra memoria colectiva que jamás podrá ser adulterada si nos guiamos por nuestro corazón y las señales que fueron ancladas a nuestra tierra y a nuestras tradiciones. Aramburu es una Estrella de Ocho Puntas para el aragonés que escribe estas palabras sabedor de que ambos territorios compartimos colores desde tiempos antidiluvianos. 




Transmisión Uan, de José Ginés Cillero

Llegar a esta obra fue producto de un viaje literario a los confines del pasado mediante un juego arqueolingüístico. Una ficción envuelta en promesas heroicas sin pruebas y con final apocalíptico. 

Transmisión Uan nos abre la puerta al entendimiento no ordinario. Cogido de la mano por una mujer hipersensitiva que conoce la manera de activar las energías primarias de reserva, se cierra la primera puerta de la percepción y surge desde la visión interna, una segunda realidad, una segunda atención, una caída de la lógica artificial que pone de relieve el sueño y las refulgencias de la atmósfera, en dirección a los dominios del nagual, guiados por una ensoñación transtemporal. No es una misión sencilla. Pueden producirse embates. Existen puertas falsas conducentes a sub-niveles o al más maldito de los sótanos. Son puertas de percepción equívocas, espacios no limpiados de "racionalidades". Habrá que estar vigilantes. 

Juan Berges y Lucía se encuentran en pleno Paseo de la Independencia de Zaragoza y juntos deciden internarse en lo absoluto desconocido, cruzando la oscuridad del pasaje Coliseo que les llevará a una sesión matinal de cine, un estreno en "Globovisión Sistem" de imágenes no ordinarias que funciona con unas máquinas, las BIALDUTEKS, que perciben sucesos a larga distancia. Clic. La Historia de la Humanidad se abre para nosotros. Todo lo que queda es una literatura aceleracionista. 

«Amen egi is alun»