El mago del Kremlin, de Giuliano da Empoli

Giulano da Empoli es sinónimo del arte de producir películas documentales con la palabra. Y esta película de letras no es entretenimiento, va directa al corazón de Rusia. No se detiene en imágenes superfluas. Está construida por acontecimientos imborrables de la memoria colectiva. Tiene una estructura ligera, sustentada en la lógica del espíritu humano, que la convierte en un Huracán en papel, desde el momento que atentos a la actualité littéraire fijas la mirada en la baraja del trilero y tocas la primera página.

El mago del Kremlin es el personaje magnético de esta novela que nos guiará por los pasillos y despachos del Kremlin para conocer al verdadero Zar de Todas las Rusias —Putin—, su séquito imperial, compuesto por hombres fríos cargados de poder, empresarios de inmensas riquezas y  a los Lobos Nocturnos, la famosa banda de moteros rusos o cosacos rodantes dispuestos a luchar por la unidad de Rusia, basada en la tradición. Estos personajes de "no ficción" irán mostrando la arquitectura espiritual de su proyecto nacional, sus planes estrictos, su ideal de progreso frente a la Otra Rusia, la mayoritaria, que vive de espaldas al gobierno, en la clandestinidad, como lo fueron las obras de Solzhenitsyn y toda la posterior literatura samizdat (Eduard Limónov, Joseph Brodsky, Vladimir Voinovich, Andrei Sinyavsky, Yuli Daniel, Vladimir Bukovski, Vasily Aksyonov, Yevgeny Yevtushenko, Nina Berberova y tantos otros disidentes.) de estilo desafiante contra el opresor régimen soviético. 

La obra sobre este mago del Kremlin, nos habla de los trucos del trilero imperialista y de la defensa popular que se crea contra estos grupos de corrupción política, mediática y tecnológica en la era de una revolución bio-tecnológica que pretender instaurar la inteligencia artificial como dios supremo de todas las cosas con el fin de acabar con la humanidad, ese sublime tesoro nuestro, universo de emociones en cada pecho, océano de experiencias y sueños. Ese ballet de almas en constante crecimiento... Disfruten del final ¡Blum!