Estamos ante uno de los grandísimos best sellers hispanoamericanos. Más de 18 millones de lectores han entrado sigilosamente en la Amazonía ecuatoriana de la pluma realista del chileno Luis Sepúlveda, desde 1989, gracias a este breve relato tan vibrante y entrañable. Da pena su corta extensión de tan solo 137 páginas. Posee una escritura llana, concisa y de gran impacto. Dentro hay párrafos inolvidables que pueden ser releídos y saboreados repetidas veces. Uno siente que por fin está ante una novela auténtica que le dejará una huella imborrable.
Se trata de la historia de Antonio José Bolivar Proaño, un hombre que vive en El Idilio, un pueblo remoto en la región amazónica de los indios shuar quienes le enseñan a conocer y respetar verdaderamente la Selva y sus leyes, pero también a cazar el temible tigrillo como jamás ningún blanco pudo hacerlo. Un buen día decidió leer con pasión las novelas de amor -del que hace sufrir- que dos veces al año le lleva el dentista Rubicundo Loachamín para distraer las solitarias noches ecuatoriales de su incipiente vejez.
He sentido una gratificante satisfacción al leer esta novela, a la que calificaré de sorprendente y mágica. Me ha contagiado unas ganas irrefrenables de viajar hasta las entrañas de la Amazonía. Me ha devuelto de nuevo la fascinación por los maravillosos seres que habitan la Naturaleza. Aquí se nos muestra una conciencia de la vida inigualable. Este libro está lleno de lecciones, es toda una escuela de Medio Ambiente que les aportará un sentido pleno sobre el respeto y la convivencia dentro del planeta.
Al ver la portada del libro sentí la imperiosa necesidad de leer esta novela a orillas de un río, en contacto con la Naturaleza, y dediqué, durante tres días, unas pocas horas a caminar por la ribera del Ebro mientras me adentraba literariamente en la Selva Amazónica para acompañar a Antonio José Bolivar Proaño, un héroe que supo leer auténticas novelas de amor, como El Rosario de Florence Barclay o Corazón de Edmundo D´Amicis. Disfruten, queridos lectores, disfruten.
He sentido una gratificante satisfacción al leer esta novela, a la que calificaré de sorprendente y mágica. Me ha contagiado unas ganas irrefrenables de viajar hasta las entrañas de la Amazonía. Me ha devuelto de nuevo la fascinación por los maravillosos seres que habitan la Naturaleza. Aquí se nos muestra una conciencia de la vida inigualable. Este libro está lleno de lecciones, es toda una escuela de Medio Ambiente que les aportará un sentido pleno sobre el respeto y la convivencia dentro del planeta.
Al ver la portada del libro sentí la imperiosa necesidad de leer esta novela a orillas de un río, en contacto con la Naturaleza, y dediqué, durante tres días, unas pocas horas a caminar por la ribera del Ebro mientras me adentraba literariamente en la Selva Amazónica para acompañar a Antonio José Bolivar Proaño, un héroe que supo leer auténticas novelas de amor, como El Rosario de Florence Barclay o Corazón de Edmundo D´Amicis. Disfruten, queridos lectores, disfruten.
No hay comentarios :
Publicar un comentario