HURACANES EN PAPEL™ - Reseñas literarias

Sólo me queda esperar la aparición de un Nuevo Tifón Literario de magnitud cinco como los producidos por Mikhail Bulgakov, Thomas Pynchon o Roberto Bolaño. Ese día llegará y mi búsqueda no habrá sido en vano. Huracanes en papel™ 2007-2024

jueves, 22 de enero de 2009

Árbol de humo, de Denis Johnson

Tras un año de espera fue traducido y publicado en España por la interplanetaria Mondadori el National Book 2007. Se la considera la novela definitiva sobre la Guerra de Vietnam. En mi caso es la primera vez que leo sobre este turbulento y espinoso tema.

El escritor, Denis Johnson, nació en Munich, pero creció en Tokio, Manila y Washington. Apenas habla con los medios y vive recluido en Idaho con su familia. Desde la publicación de sus primeras obras fue comparado con Charles Bukowski y William S. Burroughs y se convirtió en un autor de culto en Estados Unidos. Ha recibido la beca Lanna Fellowship y el Whiting Writer's Award, entre otros. Entre sus obras traducidas se encuentran Hijo de Jesús (Debolsillo, 2003) y El nombre del mundo (Mondadori, 2003).

En su última novela hace un recorrido visceral por los extremos físicos, morales y espirituales de la Guerra de Vietnam, 1963-1970 . El periplo se inicia en la Bahía de Subic, en Isla Grande, con el joven marinero en prácticas William Houston, que se acerca con un rifle del calibre veintidós para ir practicando las artes de la caza. Allí ya ocurre un acontecimiento estremecedor.

Por otro lado, Skip Sands es un americano ingenuo y patriota convencido de su papel en la detención del avance del comunismo en Filipinas. Tras el asesinato de un sacerdote acusado de pasar armas a los comunistas, comienza a sospechar que la guerra que estaba ansioso por librar no es tan buena como creía. Su tío, el héroe de guerra conocido como «el Coronel», tiene grandes planes para derrotar a los comunistas: una ofensiva psicológica con armas atómicas y agentes dobles vietnamitas con el nombre en clave de «Árbol de Humo». En el último eslabón de la cadena de mando, los soldados voluntarios Bill y James Houston, procedentes de las clases rurales de Arizona, se enfrentan al horror y la brutalidad de las guerrillas, y de sus propios instintos. La amante ocasional de Skip y un subalterno del Coronel, obsesionado con la operación Árbol de Humo, son otros de los personajes de esta novela sobre la guerra, sobre todas las guerras, y sobre aquellos que han encontrado su propio corazón de las tinieblas. Árbol de Humo es una novela destinada a convertirse en una de las obras clásicas de la literatura engendradas por esa guerra trágica y asombrosamente familiar.

Adentrarse en estos territorios supone toparse con el napalm; la bomba de azufre blanco; la atmósfera de silencio; el campamento Eco instalado con sus generadores MASH mientras a la salida del sol la montaña regurgita humo negro como si fuera un volcán; con el ejército del norte; los morteros del Vietcong; el Purple Bar, una choza enorme, un antro donde merodean prostitutas de cara sombría, niñas abandonadas cuyas familias han fallecido y en donde nunca entra ninguna chica del lugar. Vietnam es asediada por los F-16 y los cazabombarderos F-5E, dejando tras de sí vidas que desaparecen ignotamente, bajo alfombras de fuego y humo, mientras sopla un viento pestilente de ilusión. Entretanto los helicopteros americanos ametrallan cualquier cosa que se mueve por los ríos y las patrullas de tierra queman aldeas sin sentido masacrando despiadadamente a sus nativos. La escena del hombre torturado en una de las aldeas es repugnantemente atroz. Es realmente escabrosa y sanguinaria. Denis Johnson intenta mostrarnos una mota de la suciedad humana que se respiró en tan descabellada guerra.

El misterioso tema de las grutas subterráneas excavadas por los nativos suscita una disposición a la lectura digna de un bestseller. Los vietnamitas cavaron los túneles con simples palas de mano, a veces, a una tasa de sólo uno o dos metros por día. La tierra se la llevaban en cestas y, para evitar ser descubiertos, la arrojaban en lugares muy distantes. Las entradas, rectángulos de cuarenta por treinta centímetros aproximadamente, se camuflaban con vegetación. Tan desapercibidos pasaban estos pasadizos subterráneos que los norteamericanos montaron una base sobre ellos, sin darse cuenta de que sus enemigos vivían debajo. Los vietnamitas salían por la noche y les robaban comida.

Como se puede comprobar en la novela, a finales de 1968 los norteamericanos descubrieron, al fin, una entrada. Aún así era muy difícil acabar con aquella fortaleza subterránea. Se intentó destruir los túneles con explosivos o quemando gas de acetileno. Pero la dureza de la tierra y la capacidad del los vietnamitas para reparar durante la noche lo destruido impedía que estos ataques norteamericanos tuvieran éxito. También se enviaron perros para localizar a los guerrilleros, pero las trampas colocadas en los túneles los mataban o mutilaban.

Otro de los elementos que refuerzan Árbol de humo son los personajes casuales que van apareciendo en la trama, como el Teniente Virgen , el Sargento Storm o Cadwallader. Con ellos se va completando el mosaico calidoscópico de esa realidad llamada Guerra de Vietnam, que junto a las descripciones que plasma el escritor sobre ciudades como Hanoi, Na Trahng o Saigón, más el incesante calor pegajoso del clima que transmite, y un sinfín de detalles acertados, ayudan a penetrar literariamente en uno de los países del Lejano Oriente más fascinantes y exóticos de los que forman toda indochina. El año pasado recorrí el país de norte a sur y leyendo esta novela he sentido recuperar algunas trizas de ese Vietnam cautivador y exultante. Disfruten cuanto puedan, se trata del Bukowski de nuestro siglo XXI.

Fuente de foto: Bahía de Halong. Vietnam.- Tránsito®

1 comentario :

Anónimo dijo...

No podría leerlo, me enferma nada más pensar en tanta violencia, tanta brutalidad, ya sé que es una parte de la vida, pero no puedo soportarla. Si me gusta oirtelo describir, es como si lo leyese. Gracias Tránsito.

Chicago.