
Empezó Libra al enterarse de que Lee Harvey Oswald, el asesino del presidente Kennedy, vivió y creció en el Bronx, igual que él y por los mismos años. Oswald vivía apenas a quinientos metros de su casa cuando él tenía trece años y Delillo dieciséis. Esto le dio la sensación de estar sumergiéndose en un momento crucial de la historia de su país. Nunca antes se había concebido como esa clase de escritor, sin embargo veinticinco años después del asesinato de JFK volvió a su viejo barrio y a la casa del presunto asesino de Kennedy para escribir la historia de los Estados Unidos.
En Libra, la historia y la política aparecen como la suma de todas las cosas que no se contaron, y se abre paso entre la fabricación oficial de patrañas. En esos últimos años la política de su país parecía moverse ya no en la paranoia sino en una lógica criminal casi obscena. El nacionalismo beligerante y el nivel de sadismo mostraron torturas con los patológicos códigos del porno hardcore.
El libro recorre la vida de L.H. Oswald, desde su problemática infancia por el abandono de su padre; a su adolescencia marxista entregado a la lectura de El Capital, en los E.E.U.U.; la entrada en el Cuerpo de Marines, a través de su breve deserción a la U.R.S.S.; su posterior matrimonio con una Rusa, y finalmente su regreso a los E.E.U.U. y su papel en la asesinato de Kennedy.
Oswald es retratado como un paria y un extraño hombre cuyas opiniones políticas y comunistas le causan dificultades para integrarse en la sociedad norteamericana. Delillo le da un trato justo en la novela puesto que ni lo dibuja con simpatía, ni tampoco lo castiga. Oswald estaba dotado con una inteligencia superior a la media, sin embargo, en el libro también indica que es disléxico y que tiene una gran dificultad tanto en escribir cartas como leer libros. En realidad es descrito como un peón fácilmente manipulado por otros. También hay una continua tendencia a utilizar esta dislexia como un tema más amplio en la cuestión de la "lectura" de las situaciones, y más aún la dificultad en la comprensión humana y la situación humana.
Por otro lado, aparecen tres personajes clave, como Win Everett, Lawrence Parmenter y Guy Banister, agentes de la CIA, que se presentan como los principales conspiradores del asesinato. Desde este prisma se nos muestra el odio existente hacia la figura de Castro o los efectos que dejó en el sector ultraconservador la derrota en Bahía de Cochinos. Una historia paralela también sigue a Nicholas Branch, el archivero de la CIA a quien le asignan la monumental tarea de ensamblar los diferentes fragmentos de la muerte de Kennedy. Branch llega a la conclusión de que el esfuerzo sin fin por llegar a toda la verdad, será en última instancia incognoscible. Branch es a la vez el ejemplo de la figura del lector de esta novela que lucha para dar sentido a la vida; este personaje es uno de los fenómenos post-modernistas que caracteriza el trabajo de DeLillo; y su conclusión nos lleva a determinar, en cierta medida, que Branch es el propio DeLillo.
Veremos a su vez que en esta historia existen pautas, sin embargo nos será impos

El 29 de noviembre el nuevo Presidente de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson creó la Comisión Warren—presidida por Earl Warren—para investigar el asesinato. La Comisión concluyó que Oswald actuó solo, pero sus conclusiones siguen siendo objeto de debate, tanto académico como popular. El Comité de la Cámara de Representantes reconoció la posibilidad de que estuviera involucrado un segundo francotirador en el asesinato, admitiendo implícitamente la posible existencia de una conspiración para acabar con la vida de John Fitzgerald Kennedy.
La mayoría de los personajes y los hechos (o reconstrucciones de ficción) también están presentes en el JFK de Oliver Stone, de 1991, aunque la película no se basó en esta soberbia novela. Don

1 comentario :
No conocía esta novela pero recientemente leí El hombre del salto (también sobre otro acontecimiento traumático de la historia americana reciente) y me impresionó su modo de conjugar ficción y realidad, de acercarnos a los sentimientos de aquellos días con un estilo muy depurado. Libra parece prometer las mismas emociones.
Un saludo.
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