Elegí esta obra con el deseo de inundarme de universalidad y una vez más quedé satisfecho. Aquí se haya un lúcido estudio sobre el porqué de nuestras afinidades electivas, un trasunto que explicaría incluso el origen de este blog dedicado a la literatura y que persigue insistentemente la llegada de un Nuevo Huracán en papel. Antes de que esto ocurra tengo la necesidad de explorar las joyas precedentes que escojo con la libertad que me otorgan mis pasiones más absolutas: devorar la más pura literatura. Esta es una.
Cada pueblo, cada época ha de crear su propia literatura. El genio poético se destaca por extraer de su sustancia una creación dramática tan natural, grande y original como los griegos hicieron con la suya. La literatura construye una totalidad viva con el lenguaje que es una forma de pensamiento, un diccionario del alma en lenguaje y poesía formando una unidad. El lenguaje no es el mero envoltorio del pensamiento, sino el instrumento del pensar mismo. Y el lenguaje expresa a la vez al hombre entero y cada una de las lenguas a un pueblo, una personalidad colectiva o carácter nacional que le habla a lo largo de la historia. Y de esto deduzco que la literatura no puede consistir en una mera imitación de anteriores modelos literarios puesto que la historia no se detiene sino que se transforma, está viva y en constante tránsito.
Las afinidades electivas supuso en su época un cambio hacia una Nueva Literatura y por lo tanto hacia un nuevo pensamiento insurgente que hoy conocemos como romanticismo, priorizando por encima de todo los sentimientos, la fantasía individual, la creatividad frente a la imitación neoclásica, la exaltación del yo y la primacía del genio creador de un universo propio fracturando los patrones estéticos y filosóficos del Clasicismo basados en la búsqueda de la belleza ideal por medio de la sencillez, la proporción y la armonía. Goethe se reveló contra este canon racionalista lacerante y aburrido con el fin de darle a lo corriente un sentido sublime, a lo cotidiano una apariencia misteriosa, a lo conocido la dignidad de lo desconocido y a lo finito un semblante infinito.
Johann Wolfgang von Goethe se convirtió en una de las personalidades literarias más ricas, versátiles e influyentes de todos los tiempos. Representó el deseo de libertad del individuo, de las pasiones y de los instintos del «yo» como galería de subjetivismo del poeta como demiurgo de una cosmovisión autosuficiente, pletórica y pasional. Y la mejor manera para explicar esto es a través de la literatura. Goethe eligió a dos enamorados: Eduardo y Carlota. Veamos cual es su contexto y sus pretextos. Les interesará.
Eduardo y Carlota se quisieron de jóvenes apasionadamente pero sus compromisos familiares les separaron. A Eduardo, su padre le hizo unirse a una mujer rica bastante más vieja y Carlota tuvo que darle su mano a un hombre acomodado, respetable, pero a quien no quería. Con el tiempo volvieron a quedar libres. Primero Eduardo, al morir su mujer, dejándole como dueño de una gran hacienda y más tarde Carlota, pudiendo reencontrarse y vivir juntos sin estorbos en un romántico castillo. Carlota tiene una hija adolescente, Luciana, a la que ha enviado a un internado, al igual que a su sobrina Otilia, su protegida. Carlota se encarga de todo lo relacionado con la casa y Eduardo con todo lo de fuera , el jardín y los exteriores de la finca. Quieren vivir al encuentro de todos sus deseos, sólo para ellos y probar un tiempo para ver hasta donde pueden llegar de esta manera. No dejan entrar nada que sea un estorbo, nada que les sea ajeno. Sin embargo toda esta idílica armonía se romperá con la llegada de la joven Otilia. Joven, hermosa, educada y mucho más moderna, que quiebra todos los cánones del clasicismo en favor de un nuevo modo de entender la existencia: el romanticismo.
La lealtad, la fidelidad, las afinidades, el deseo y el fantasma del adulterio se convocan en la trama de esta magnífica novela, cuya modernidad y lucidez a la hora de examinar las relaciones humanas siguen siendo sobrecogedoras.
La obra muestra con inteligente subjetividad el malestar del hombre en la sociedad en la que está inmerso, encorsetado por las diferencias sociales y las hipocresías morales. El tema del genio de la juventud en contra de los estándares aceptados y su entusiasmo por la naturaleza también está muy presente, contrarrestando lo anterior. Surge una necesidad de crear desde dentro y darle paso a todas nuestras afinidades electivas. En este sentido Goethe escribe como un Charlie Parker literario, con plasticidad. Rompiendo la rigidez de un canon calcificado.
La creación o la naturaleza, actúa y se revela mediante los sentidos y las pasiones, y los sentidos y las pasiones ni hablan ni entienden otra cosa que imágenes, las cuales Goethe salpica con gran maestría. La interpretación imaginativa de la creación del mundo y de la naturaleza contienen en este caso más verdad que las teorías ilustradas y nos fomenta la lucha por suscitar las capacidades creativas. Un lujo. Un Huracán en papel que no nos podemos perder. Mucha atención a los Diarios de Otilia. Contienen una gran belleza cognitiva. Yo me he enamorado de su prosa.
Cada pueblo, cada época ha de crear su propia literatura. El genio poético se destaca por extraer de su sustancia una creación dramática tan natural, grande y original como los griegos hicieron con la suya. La literatura construye una totalidad viva con el lenguaje que es una forma de pensamiento, un diccionario del alma en lenguaje y poesía formando una unidad. El lenguaje no es el mero envoltorio del pensamiento, sino el instrumento del pensar mismo. Y el lenguaje expresa a la vez al hombre entero y cada una de las lenguas a un pueblo, una personalidad colectiva o carácter nacional que le habla a lo largo de la historia. Y de esto deduzco que la literatura no puede consistir en una mera imitación de anteriores modelos literarios puesto que la historia no se detiene sino que se transforma, está viva y en constante tránsito.
Las afinidades electivas supuso en su época un cambio hacia una Nueva Literatura y por lo tanto hacia un nuevo pensamiento insurgente que hoy conocemos como romanticismo, priorizando por encima de todo los sentimientos, la fantasía individual, la creatividad frente a la imitación neoclásica, la exaltación del yo y la primacía del genio creador de un universo propio fracturando los patrones estéticos y filosóficos del Clasicismo basados en la búsqueda de la belleza ideal por medio de la sencillez, la proporción y la armonía. Goethe se reveló contra este canon racionalista lacerante y aburrido con el fin de darle a lo corriente un sentido sublime, a lo cotidiano una apariencia misteriosa, a lo conocido la dignidad de lo desconocido y a lo finito un semblante infinito.
Johann Wolfgang von Goethe se convirtió en una de las personalidades literarias más ricas, versátiles e influyentes de todos los tiempos. Representó el deseo de libertad del individuo, de las pasiones y de los instintos del «yo» como galería de subjetivismo del poeta como demiurgo de una cosmovisión autosuficiente, pletórica y pasional. Y la mejor manera para explicar esto es a través de la literatura. Goethe eligió a dos enamorados: Eduardo y Carlota. Veamos cual es su contexto y sus pretextos. Les interesará.
Eduardo y Carlota se quisieron de jóvenes apasionadamente pero sus compromisos familiares les separaron. A Eduardo, su padre le hizo unirse a una mujer rica bastante más vieja y Carlota tuvo que darle su mano a un hombre acomodado, respetable, pero a quien no quería. Con el tiempo volvieron a quedar libres. Primero Eduardo, al morir su mujer, dejándole como dueño de una gran hacienda y más tarde Carlota, pudiendo reencontrarse y vivir juntos sin estorbos en un romántico castillo. Carlota tiene una hija adolescente, Luciana, a la que ha enviado a un internado, al igual que a su sobrina Otilia, su protegida. Carlota se encarga de todo lo relacionado con la casa y Eduardo con todo lo de fuera , el jardín y los exteriores de la finca. Quieren vivir al encuentro de todos sus deseos, sólo para ellos y probar un tiempo para ver hasta donde pueden llegar de esta manera. No dejan entrar nada que sea un estorbo, nada que les sea ajeno. Sin embargo toda esta idílica armonía se romperá con la llegada de la joven Otilia. Joven, hermosa, educada y mucho más moderna, que quiebra todos los cánones del clasicismo en favor de un nuevo modo de entender la existencia: el romanticismo.
La lealtad, la fidelidad, las afinidades, el deseo y el fantasma del adulterio se convocan en la trama de esta magnífica novela, cuya modernidad y lucidez a la hora de examinar las relaciones humanas siguen siendo sobrecogedoras.
La obra muestra con inteligente subjetividad el malestar del hombre en la sociedad en la que está inmerso, encorsetado por las diferencias sociales y las hipocresías morales. El tema del genio de la juventud en contra de los estándares aceptados y su entusiasmo por la naturaleza también está muy presente, contrarrestando lo anterior. Surge una necesidad de crear desde dentro y darle paso a todas nuestras afinidades electivas. En este sentido Goethe escribe como un Charlie Parker literario, con plasticidad. Rompiendo la rigidez de un canon calcificado.
La creación o la naturaleza, actúa y se revela mediante los sentidos y las pasiones, y los sentidos y las pasiones ni hablan ni entienden otra cosa que imágenes, las cuales Goethe salpica con gran maestría. La interpretación imaginativa de la creación del mundo y de la naturaleza contienen en este caso más verdad que las teorías ilustradas y nos fomenta la lucha por suscitar las capacidades creativas. Un lujo. Un Huracán en papel que no nos podemos perder. Mucha atención a los Diarios de Otilia. Contienen una gran belleza cognitiva. Yo me he enamorado de su prosa.
“En todos los seres naturales que observamos, notamos ante todo una referencia a sí mismos. Ciertamente, suena raro decir algo que se entiende por sí solo, pero únicamente cuando se ha llegado a un pleno acuerdo sobre lo conocido cabe pasar juntos hacia lo desconocido.”
4 comentarios :
He llegado a tu blog por "Las afinidaes electivas" para descubrir que hay alguien (ahora, en este instante) frente a esta letras con quien comparto las afinidades literarias que, en este caso, son selectivas y electivas.
La verdad, que viene a ser lo mismo que una mentira escrita en cierto anonimato virtual, llegue a casa, abri la computadora y busque en google una buena edicion de esta obra de Goethe. Llegue a buscarla por una necesida que me habia echado encima. Esa tarde habia entrado a una libreria sin saber que comprar, la verdad lo disfuto más que cuando sé que voy por un libro en especial (¿contradictorio no?, ahora se que voy tras este Goethe) y entre los estantes saque un libro de Walter Benjamin "Dos ensayos sobre Goethe", del que me intereso desde un principio su caracter de documento examinado dentro de su propio examen, en este caso Goethe. Este libro, editado por Gedisha, vale por si mismo, como por si mismo valen "Las afinidades electivas". Vale por si mismo en calidad de documento critico (claves hacia un analisis de la obra, en tanto explica la obra desde su propio eje). Un libro que aprovecho para recomendarte, al instante en que tomo la imagen de tu entrada blog (la imagen de la portada de "Las afinidades electivas" para ir en busca de esta obra que, ahora, en este instante, no tine ninguna libreria en la ciudad de México de donde soy (he llamado por telefono ya a todas). Sigo la huella para hallar el libro y sigo tu blog.
Te dejo el mio (poco nutrido por su reciente inauguracion -tu sabes, uno se resiste aveces a regalar asi como asi lo que a uno le cuestan horas escribir aqui y allá, o no tanto y por eso lo seguimos haciendo, escribir-.
http://santasangreyo.blogspot.com/
Me alegra mucho recibir tu llegada, Allan, y sobretodo al tratarse de esta metaelección. La obra es de lo más apasionante. Te toca. Te conecta con una sensibilidad universal. Superior.
Me gusta mucho tu escritura. Tengo la sensación de estar hablando contigo mientras volamos sujetos a una misma afinidad. Me resulta muy interesante conocer tu inmediatez, ser testigo de la inexistencia en México D.F. de esta exquisita edición, como de tu unión con la laboriosa acción de forjar tu pensamiento con las letras y el corazón. Suscita sensaciones, curiosidad y un mayor deseo por explorar nuevas dimensiones y afinidades que te guiarán hacia tu mayor identidad integral.
Me alegra que nos hayamos cruzado por el camino. Disfruta de la literatura. Noto que eres uno de sus amantes entregados con un movimiento singular. Y muchas gracias por tus palabras. Pronto llegará a mis manos el libro de Walter Benjamin para sacarle todo el jugo a las afinidades de Goethe, o porque no, las verdaderas afinidades del ser.
¡Cuídate!
El libro muy superior a la pelicula que "cae por un tunel sin salida"
¡Ah! al fin encontré lo que buscaba. A veces se necesita mucho esfuerzo para encontrar la pieza útil incluso pequeñas de información.
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