HURACANES EN PAPEL™ - Reseñas literarias

Sólo me queda esperar la aparición de un Nuevo Tifón Literario de magnitud cinco como los producidos por Mikhail Bulgakov, Thomas Pynchon o Roberto Bolaño. Ese día llegará y mi búsqueda no habrá sido en vano. Huracanes en papel™ 2007-2024

jueves, 7 de abril de 2011

Dublinesca, de Enrique Vila-Matas

Asombroso. Vila-Matas es un genio de la literatura y esta obra que tienen aquí delante es un potente Tifón Literario. Un viaje hacia las entrañas de la literatura subversiva con paso ligero, o más bien, a toda prisa, en sintonía con la acción del sujeto de la portada. Dublinesca es una acción de tránsito, una evasión metafórica, real y condescendiente del propio escritor que nos habla de la huida de su fortaleza francesa, la cual ya no tiene sentido habitar porque le ha llevado a la rigidez y al encarcelamiento de su alma, eminentemente literaria, aunque aportándole un extenso mapa de experiencias identitarias en su camino hacia la anarquía y la perfección: encontrar en su galaxia interior esa obra maestra de la literatura universal que él se sabe contiene en su subconsciente más agilizado.


Dublinesca acojona. Vila-Matas deslumbra. Ha trazado un plan. Va directo al centro del universo. Allí intuye que se encontrará con Thomas Pynchon. Dentro del ojo del huracán.


Mis impresiones durante la lectura son de una intensidad difíciles de describir, aunque ahora que miro la portada, creo que tras leer las diez primeras páginas, sentí un súbito golpe de aire ascendente, proveniente del revuelo que esa gabardina mackintosh hace en la ajetreada e informal carrera escritura hacia Dublín, con el deseo de dar fin a toda una era, la estación Gutenberg, que deja visibles en su esencia a Joyce y Beckett. Sin perder de vista a Kafka. Pero ese revuelo inicial no sale de nada, todo lo contrario. Es el resultado de diferentes masas de aire, que Vila-Matas tiene la generosidad de citar. Estén atentos: Philip K. Dick, Robert Walser, Stanislav Lem, James Joyce, Fleur Jaeggy, Jean Echenoz, Philip Larkin, Marguerite Duras, W.G. Sebald, Vilém Vok, Andrew Breen, Hobbs Derek, O'Sullivan, Brendan Behan, Saul Below, Maurice Blanchot, Gracq, Philip Sollers, Julia Kristeva, Romain Gary, Andrew Breen, Houellebecq, Arto Paasilinna, Hobbs Derek, Martin Amis, Hart Craine, John Banville, Augusto Monterroso, Hugo Claus y su cercano Georges Perec.


Sabemos que hay muchos más, pero el banquete de Dublinesca, sirve estos a la mesa. Yo no he dejado de salivar. Por eso mismo, Dublinesca, acojona. Porque tanta belleza... nos va a matar. Si no estamos muertos ya.


Y para terminar, decir que, internet es, para el escritor moderno, la gran enciclopedia del otro. Esta devolución de sensaciones tras la lectura de Dublinesca está entrando por las retinas del autor. Tarde o temprano le están llegando y puede recoger el fruto de su cosecha, un momento que se debate entre lo misterioso, lo cruel o lo satisfactorio. Recuerdo que Michel Houellebecq confesaba en Enemigos públicos padecer la misma obsesión: recoger con la cosechadora de Google todo lo que se citaba con su nombre. No sé hasta que punto esto puede beneficiar en su literatura porque estoy a la espera de leerme su último proyecto literario, e incluso me pregunto que habría sido de la literatura de Proust, Joyce o Kafka si hubieran podido recoger las impresiones que suscitaban sus letras en lectores remotos, más allá del periodista literario, lectores afanados por la potencia de transformación que puede alcanzar la literatura, el artefacto más poderoso de la faz de la tierra. En mi caso concreto, internet ha mejorado potencialmente la práctica de leer. No me ha distraido. Ha supuesto un facilitador y una alejandría de complementos. Mientras leo puedo escuchar la música que se cita en la obra, observar los cuadros que comenta, audiovisuales, trozos aislados de películas que aportan un mensaje de claridad en el desarrollo, puedo trasladarme al lugar que desee con Google Earth, notar cómo son las calles, los espacios, detenerme en múltiples detalles o complementarme en mis deducciones. Me siento un observador creativo en esta epopeya mortal de la lectura porque mi deseo por presenciar al otro es mayúsculo. Y quiero añadir que he leído Dublinesca en formato digital, muy cómodamente, sintiendo el inmenso placer de la lectura, fluidamente. Así que si alguien quiere que le preste esta gran obra tan sólo debe dejar su correo en los comentarios, y esto es así, sencillamente, porque me apetece compartirla. En realidad lo más importante es que te lean y si procede y se puede, adquirirla físicamente para darle fuerza a la estantería de los grandes. ¡Disfruten!

Voy a Dublín a un funeral por la era de la imprenta, por la era dorada de Gutemberg. El funeral, siempre demorado, de la literatura como arte en peligro.

16 comentarios :

Crom dijo...

“Dublinesca” es el libro de Vila-Matas que más he disfrutado. Ahora sí que lo veo entre los grandes escritores vivos (soy consciente de que el hecho de no “verlo” antes, el de “verlo” ahora, me define tanto o más a mí como lector que a Vila-Matas como novelista, pero éste es el riesgo que uno asume al abrir la boca, y ésa es mi opinión, que, como casi siempre, someto a superior criterio razonado).
Sólo un pero a una reflexión del libro (un pero que es de la familia de los grullos, y al que el autor ha respondido parcialmente): el futuro de la literatura es, según Vila-Matas, la autorreferencia. Leyendo esta tesis me asaltan las dudas: ¿Todo está escrito? ¿Todos los temas tocados? ¿Es el único punto de vista virgen que nos queda? ¿Qué futuro puede existir en la contemplación extática del propio ombligo? Me parece a mí que de seguir esta vía poca salud le resta al enfermo, y se hace necesario acelerar los preparativos del funeral que nos anticipa. Pero el mismo Vila-Matas nos dice, con ironía y de forma paralela a la publicación de “Dublinesca” (y en la misma novela, curiosamente más novela que otros libros suyos), que las teorías están hechas para perderse (gracias Portnoy por reseñarlo, si no, no lo habría leído). Así pues, otras puertas pueden abrirse.
O tal vez sea yo el que en mi lectura confunda los instrumentos con los objetivos, los medios con los fines. De cualquier modo, y como no me importa evidenciar mis límites, continuaré perpetrando esta opinión entre amigos.
Creo que el libro redirige uno de los temas centrales de la literatura actual (aunque quizá lo haya sido ya desde “La Iliada”), el apocalipsis, el fin de ciclo, al campo de la literatura. “Punto omega” de Don Delillo, ha tratado el tema recientemente (antes lo había tratado en al menos “Ruido de fondo” y “Submundo”), y también Cormac McCarthy con “La carretera” (donde, sin embargo, introduce bastante esperanza) y con “Meridiano de sangre” (mucho más antiguo y más pesimista), y por supuesto, Pynchon en “El arco iris de gravedad” ( a mi juicio, el autor más “literario”). Sin duda otros lo han tratado antes, durante y espero que también lo harán después. Sintetizando, “Dublinesca” es una genial radiografía de una época que muere, de una cultura, de un hombre, que poco más tienen que decir. Habrá que ir pensando en la reinvención.
Y para finalizar, un saludo reinventado: sabiduría y tolerancia, hermano.

Tránsito Blum dijo...

¡Pynchoniano!, que gustazo recibir ahora tus apercepciones sobre "Dublinesca". Que interesante me resulta saber que esta obra corre por tus venas. De todos lo tipos que he encontrado gracias al Blog, tú eres el que escupe las obras más refrescantes y el que repara en los detalles y comparaciones más sibilinos. Te siento siempre caminando por norteamérica, sujeto al objeto más preciado: la obra del más grande. Me resulta muy interesante tu razonamiento, y en realidad me importa tres cojones que coincidamos o no en los planteamientos. Lo que me gusta es tu libertad para contarlo y soltarme tus verdades manufacturadas desde la maquinaria de tu intelecto. Yo simplemente estoy en otra estancia, con mi máquina manofacturando para arrojar el producto que me deposita la lectura, que curiosamente, y este es el punto que más me fascina, es el mismo objeto de nuestro deseo, y que gira en torno a los Grandes, tal y como en un día de tránsito se me ocurrió sintetizar con la imagen que encabeza este Blog del Alto Vacío. Que como águilas en la noche, nocturnas, amantes de lo terrible y lo absoluto, atentas al poder de la literatura, vuelan con las letras de las mentes más brillantes, en busca del preciado Tifón Literario, para ascender y ascender a ese Alto Vacío de la nada que nos transforma y nos limpia las alas, para presenciar un nuevo apocalipsis en grandeza del universo encapsulado en una novela, y para reventar de alegría. El placer por haberte encontrado, no te quepa duda que también es mio.

En cuanto a tus sensaciones, esto que cuentas sobre la posición de ser lector de Vila-Matas, yo también la he tenido. Creo que con esta obra ha marcado una clara definición de lo que supone ser escritor y lector, siendo yo lo segundo muy claramente. Yo no me atrevo a escribir. Es que no quiero. Me aterra. Es doloroso. Me gusta sentarme a la mesa y comer, comer lo más exquisito. No disfruto cocinando la sintaxis. Si lo hago aquí es porque tengo la necesidad de comunicarme con otras águilas. Prefiero que toda esa construcción literaria salga de los que tienen el don para ello. Ellos se apiñan entre ellos como escritores cuando perciben que buscan la misma meta. Nosotros lo hacemos como lectores. Esto es una danza. Ellos componen. Nosotros bailamos. (Sigue)

Tránsito Blum dijo...

Sobre la escritura desde la autoreferencia entro en la suposición de creer que procede de su claro deseo de encontrar su Gran Obra Maestra, en sí mismo, con ayuda del subconsciente más agilizado. Entiendo que esto queda dicho cuando cita el estilo de Raymond Queneau, un autor que te recomiendo porque la verdad es que produce magia en el pensamiento. Podrás encontrar en este Blog una obra titulada "Odile" que ya comenté hace tiempo. Y sí, la autoreferencia es un tema muy filosófico, como método para buscar la realidad. Descartes, el padre de la razón, sugería buscar la evidencias a través de nuestras intuiciones, que no son otra cosa que percepciones subjetivas. La mezcla de éstas nos llevaría a razonamientos más elaborados pero igualmente verdaderos. Luego Kant perfeccionó la búsqueda con sus apercepciones y más tarde Hegel la remató con la construcción de la historia desde la palabra, o Nietzsche con la muerte de Dios y el poder del inconsciente, su boceto hacia la fenemenología. Heidegger y Sartre hicieron el resto. Creo que la autorreferencia es el camino más apropiado, por eso me acojona Vila-Matas, porque todo lo que ha contado es un plan. Su plan para llegar al centro del universo o al ojo del huracán donde se encuentra Thomas Pynchon ( que por cierto, como bien imaginarás, me he hecho con su "Vicio propio" para consumirlo con los ojos como dos antorchas).

Esto me lleva a pensar en "Dublinesca" como una introducción a un gran viaje. Vila-Matas se me ha aparecido como el profesor Lindenbrock del "Viaje al centro de la Tierra" de Julio Verne, desplegando el gran atlas de la literatura y eligiendo los aperos, utensilios y otros instrumentos que le permitirán llegar al "Punto Omega" de ese mapa. Vila-Matas decide que la puerta de entrada está situada en Dublin. Allí se encontraban dos de los más grandes escritores contemporáneos: Joyce y Beckett. El profesor Linderbrock decidió que su puerta de entrada al centro de la Tierra sería una isla de Islandia repleta de volcanes y en concreto el cráter para penetrar en la capa tectónica sería uno del monte llamado Sneffels, que está lleno de cráteres, en un volcán inactivo. Vila-Matas ha elegido una taberna llamada "Los enterradores" surgida de la literatura del sexto capítulo de "Ulysses". Completamente metafórico ¿no?, y a la vez una página de su historia como escritor, narrador y explorador de las entrañas de la realidad. Yo, si pudiera aconsejarle algo sería que no hiciera caso a ninguna teoría literaria sobre la gran obra de la literatura, tan sólo que siga su intuición a través de sus impresiones y razonamientos. Al profesor Linderbrock, buen conocedor de la Tierra, le asustaba el calor y los gases a los que se expondrían al bajar a tanta profundidad. Ese es el mayor miedo uno debe tener: entrar en fusión con la realidad. Fusionarse. Si hay fusión hay gran literatura y esto no pretendo que sea una teoría de literatura, sino una impresión de un lector que ama la literatura de altura. El escritor que ha descendido a esas profundas capas del "Submundo" puede entregarnos a la vuelta una genialidad arrolladora. Lo hicieron otros en su época. Vila-Matas también puede hacerlo en la nuestra.

Y en cuanto a tus preguntas sobre la escritura... creo que muy pocas cosas están del todo bien escritas. Lo cotidiano puede explosionar en infinitas descripciones y narrativas. El ombligo como punto de huída y encuentro puede servir perfectamente como el cráter del Sneffels en la literatura más fructifera que de este decenio del tránsito.

Un abrazo, Pynchoniano.

Crom dijo...

¡Cuánto elogio inmerecido! Agradezco tu opinión y te doy las gracias por este espacio en el que me encuentro a gusto y en el que, como dices, me veo libre pa meter la pata cuantas veces quiera. Aunque en mi caso esa libertad se debe al enorme hueco que dejan los libros imprescindibles que aún no he leído (muchos, pues retomé el hábito de la lectura hace sólo dos años). Como sea, aquí me tienes con el lápiz afilado y el propósito de ir poco a poco afinando en mis impresiones.
Me ha parecido muy interesante el símil de “Viaje al centro de la Tierra”, aunque dudo que la intención del autor fuera la de buscar la semejanza con la novela de Verne. Pero en algún sitio creo haber leído que Vila-Matas utiliza la narrativa de viajes, la forma más antigua de novela, para dar entierro a la literatura, aunque creo que se intuye que es un entierro de pega. Como mucho es el entierro de un tipo de literatura (me parece que la literatura que ha cultivado Vila-Matas hasta ahora), que desemboca además en el entierro del autor, aunque es más bien el entierro del tipo de escritor (Malachy Moore) que tanto le gusta a Vila-Matas, un autor que no ha escrito.
Pero en modo alguno es pesimista, ya que todo lo ha representado con muchísima ironía; tanta que creo que da sentido a todo el libro: exponer una teoría, seguirla en todos sus puntos hasta el final, y por último, acabar con el sol en Nueva York y con la reaparición del autor.
No sé si este es el sentido que V-M pretende dar a su libro, pero me complacería. Y es que creo que los mejores autores actuales son norteamericanos (tengo pendientes, para opinar con más equidad, “La broma infinita” y “Las correcciones”, pero también otros muchos escritores no americanos).
Que tengas una buena tarde en este día tan soleado.

V-M dijo...

Sólo una breve aparición para agradecer tanta amabilidad por parte de uno y de otro -la amabilidad se ha de saber apreciar porque no es moneda ya corriente- y precisar que "Los Enterradores" es un pub junto al cementerio de Glasnevin, pero no está en Ulysses.

Y eso es todo.
Hasta la próxima reaparición del autor.

E V-M

Crom dijo...

Voy a adelantarme a Tránsito y expresarle únicamente la gran satisfacción que me ha producido leerle (aquí y en sus libros).
Antes me corto un apéndice que resultar cursi (conscientemente), pero siento sus palabras como un gran honor y, por tanto, muchas gracias.
Un Pynchoniano.

Tránsito Blum dijo...

Maestro Enrique, gracias por su corrección al estilo Jonathan Frazen. Es un honor recibir sus vivas huellas tras la dublinesca huracanada literaria. Le deseo un apasionante viaje al centro del universo V-M. Cuenta usted con una portentosa inteligencia y un instinto infranqueable. Esperaremos su luminosa reaparición, porque en usted reside la verdadera vía hacia el tránsito literario.

Un abrazo.

Unknown dijo...

lo vuestro es algo.....

Unknown dijo...

Llego tarde, lo sé... dos años tarde a dublinesca y mes y pico tarde a tu entrada. Pero no es tan importante llegar tarde como llegar, me sorprende un poco que no hableis de Vok...¿quién es Vok? Yo ando con la novela a mitad y por más que busco apenas lo encuentro. Saludos Tránsito... ya ves te sigo leyendo...

Tránsito Blum dijo...

Brisne, llegas con la precisión de tu deseo, y eso es un placer, también para mi. Dentro de dos días se iniciará el Bloomsday 2011, así que tu lectura permuta en sintonía con Dublinesca. Tu llegada parece motorizada por la sincronicidad. Lo disfruto.

Pues Vilém Vok no existe, pero Borges dijo una vez en La Biblioteca de Babel que basta que un libro sea posible para que exista. Y ese el El centro de Vilém Vok, una invención de Vila-Matas en su obsesión por hallar esa literatura del No de Bartleby. Autor y libro sólo pertenecen a la ficción, así que se trata de metaliteratura, sobre aquellos que vivieron en mundos de ensueño y luego regresaron indemnes de sus largas travesías: bandera y emblema de quien de verdad ama la literatura. Por lo tanto Vilém Vok es el Supra-Alter-Ego de Vila-Matas, un yo plural que reivindica la fusión entre escritor y lector consumada en su totalidad, por medio de una quiet obsesion hacia el funeral de la era dorada de Gutemberg, y así vivir un momento en el centro del mundo, en el centro de sí mismo, por alcanzar grados importantes de entusiasmo, por no morirse de pena después de haberlo perdido casi todo, en un intento quimérico de madurar hacia la infancia.

Si no dije nada de Vok es porque cuando cierras el libro lo sellas definitivamente, pero es el alma de Dublinesca. Mucho más que Samuel Riba.

Gracias por añadir una agitación más a este Tifón Literario.

Un abrazo ... y ¡blum!

Unknown dijo...

Ya sé que Vok no es real, pero sí que existe... para mi no deja de ser la Milly Bloom de Dublinesca. Todavía tengo por leer la última parte, con un poco de suerte llega con el Bluminsday... o no... yo qué sé, nunca puedo calcular exacto cuando cerraré el libro, aunque claro el placer de leer a Vila Matas para mí es que en cierto modo me contagia de su deseo de crear teorías literarias, las voy creando al compás de la lectura, en los apuntes de la moleskine, en las citas que me quedo para mí. Ahora tampoco sé si es que Vok quizá exista, puede incluso ser el tipo con gabardina que pasea por la novela. Espero a concluirla y a formular mi teoría dublinesca.

Anónimo dijo...

Hola, acabo de descubrir tu página a propósito de buscar comentarios sobre PURGA, y quiero decirte que he agregado la dirección a favoritos(encontrar esta página ha sido una alegría). Bueno pues decirte que me ha resultado curioso que precisamente al comentar la obra habías escrito que acababas de leer 1q84, pues bien yo terminé de leerla esta semana y estoy decepcionada la verdad. en fin la cuestión es que explorando tus comentarios he llegado a la obra DUBLINESA y me apetece leerla, porque no conozco nada de Vilas Matas y me gustaria que me la enviaras.Gracias y seguiré explorando en tu blog.
carolina

Anónimo dijo...

lo siento Tránsito se me olvidó email PARA DUBLINESCA (emarch@valencia.es).gracias

CAROLINA

Tránsito Blum dijo...

Bienvenída... Carolina. A mi también me alegra que participes con tus impresiones en todo lo referente a la literatura. Enriquece la vida del lector y del escritor.

Dublinesca ya está de camino hacia tu escritorio.

Disfrútala.

Saludos

Diego dijo...

Buen día

Antes que nada me gustaría felicitarte por tu blog, que me parece que tiene reseñas bastante completas e interesantes de libros que he considerado buenísimos, yo prefiero a Pynchon, Houellebecq, Murakami, etc. Y debo decirte que he estado bastante de acuerdo con tu punto de vista sobre dichos autores.

Este libro de Vila-Matas ha sido recomendado por un amigo que vive en el exterior y tu reseña solamente me ha dejado con más ganas de leerlo, así que si la oferta sigue en pie, me gustaría preguntarte si podrías enviarmelo al correo: dc_m11@yahoo.com debido a que estamos a casi un año de la entrada, entendería si ya no se pudiese.

Muchas gracias por adelantado

P.D.: ¿Que te ha parecido el último libro de Houellebecq? "El mapa y el territorio"

Atte.
Diego

manipulador de alimentos dijo...

Houllebecq siempre vuelve a los mismos temas pero el aura de vacío vital se encarna en 'El mapa y el territorio'como nunca, incluyendo su propio asesinato...