HURACANES EN PAPEL™ - Reseñas literarias

Sólo me queda esperar la aparición de un Nuevo Tifón Literario de magnitud cinco como los producidos por Mikhail Bulgakov, Thomas Pynchon o Roberto Bolaño. Ese día llegará y mi búsqueda no habrá sido en vano. Huracanes en papel™ 2007-2024

viernes, 14 de marzo de 2014

Ejército enemigo, de Alberto Olmos

Esta es una obra poderosa, que se alza entre la espesura y te aspira irrefrenable y te deforma hacia la alta literatura. No es una obra maestra pero sí un ejemplo de maestría del lenguaje. Aquí encuentro, por fin, un Nuevo Tifón Literario, de una plasticidad epicúrea y refinada, propia de un lúcido centauro de nuestra actualidad. Le sobra onanismo pero alcanza el clima y el vértigo.

Ejército enemigo muestra una verdad al mismo tiempo que una amargura pues si todas las masas sometidas a la misma atracción desapareciesen, la ley de la atracción no resultaría destruida, sino que quedaría sin aplicación posible. Y en esta tesitura se postula la tragedia de una sociedad desmantelada por la falaz banca y el incapacitado capitalismo.

"La solidaridad ha fracasado"

Nuestro tiempo ha caído en la confusión. ¿Cómo podemos resolver el binomio entre publicidad/solidaridad?, ¿nos ayudan realmente las nuevas tecnologías? ¿acaso estamos bien informados de lo que ocurre en otros lugares del mundo?. ¿Lograr la concienciación en muchos temas sociales ha promovido únicamente la pose y el cinismo?, ¿dónde se encuentra el enemigo a batir?, ¿ha desaparecido de nuestra visión y luchamos dando palos de ciego? Grandes temas expuestos con excelentes diálogos, astucia y desasosiego. Funciona a la perfección.

Pero yo quiero destacar el fondo que aquí subyace y que convierte la literatura de Alberto Olmos en toda una cosmovisión narrativa gracias a su diagnóstico de la intimidad. Contemplarán en esta obra uno de los modernos espectáculos de internet, la Chatroulotte o la filosofia del Next (F2). Empieza el juego. Conecta tu cámara, comienza la aventura. Miles de internautas adictos al voyeur más casual quedan unidos por azar en sus pantallas de ordenador. Observándose. La ruleta gira las habitaciones pixeladas. ¿Quién estará en el siguiente cuarto? Puedo "elegir" que lleguen por países. ¿Qué harán esta vez? ¿Cuanto tiempo me permitirán permanecer como actor–espectador? ¿seré yo quien ejecute el F2 de la indiferencia? Por cada veinte chicos aparece una chica, a veces forman parejas. ¿Podré regresar a mi mundo cotidiano o encenderá toda una convulsión de deseos y reflexiones? Sepan que esta práctica se extiende como la pólvora en todos los hogares enlazados a internet. Confieso que a mi me ha causado desazón. Otras veces repugnancia. Y otras muchas, humanidad. Tal vez es el momento de que nuestro cuerpo, la ternura, la creación, la acción y la nobleza humana recuperen su lugar en este mundo insensato en el que se nutre nuestra grandeza.  En base a estos desafíos. Pero tengan muchísimo cuidado. Pueden lesionar gravemente su intimidad y la intimidad ajena. Es un juego muy arriesgado. Nadie sabe muy bien lo que hace. Cunde el rostro atónito y expectante en la Chatroulotte.

Leer esta novela o este destino, supone experimentarlo plenamente y hacer que viva lo absurdo. Contemplarlo. Si le damos la espalda, muere. Por esto mismo, sólo nos queda la rebelión, el enfrentamiento perpetuo del hombre con su propia oscuridad. Poned al mundo en tela de juicio en cada uno de sus segundos, porque puede que lo que importe no es vivir lo mejor posible sino lo más posible, con la mayor cantidad de vivencias. No sé si este mundo tiene un sentido que lo supera. Lo que sí sé es que no conozco ese sentido y que de momento me es imposible conocerlo. Sólo puedo comprender en términos de certeza, mi exigencia de hallar claridad y cohesión, el deseo de unidad, el apetito por resolver la tensión. Y Alberto Olmos ayuda como ningún otro. Tiene pericia. Es segoviano y coetáneo. Un absoluto placer. Un tránsito. ¡Blum!

"[...] la solidaridad debe iniciar el camino hacia la intimidad, [...] debe ser una acción que a uno le cueste algo, no sólo hacer clic en una de esas payasadas de red social o ir a un concierto. No se puede cambiar el mundo haciendo fiestas."

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