A los 18 años Pamuk aún soñaba con ser pintor y arquitecto y compraba compulsivamente libros y más libros en las librerías de viejo de Estambul.
Leyó desde muy joven a los poetas de su país, llamados, Primeros Nuevos (años cuarenta y cincuenta) que incorporaron en la poesía turca la lengua del ciudadano de a pie y su sentido del humor, ignorando el discurso formal de la lengua oficial en un mundo represivo y autoritario. Orhan Veli, Melih Cevdet u Oktay Rifat, eran también conocidos, así como los primeros libros que publicaron, como el grupo de los “Raros”. Seguidamente descubrió a los Segundos Nuevos (poesía de los sesenta), la continuación de aquella corriente renovadora. Le cautivó el hecho de que de ella surgiera una voz descriptiva y narrativa que alcanzaba una confusión a veces dadaísta o surrealista y a veces ornamental.
Seguramente su biblioteca, le hizo poco a poco, convertirse en un escritor laico interesado en como Turquía podría alcanzar un futuro más brillante. En el año 2005 estuvo a punto de ir a la cárcel por "ofender la identidad nacional" con sus declaraciones sobre el conflicto kurdo y el genocidio armenio. Ahora, traducido a más de 30 lenguas, Pamuk, primer premio Nobel de Literatura de la historia turca, que obtuvo en el 2006, se ha convertido en la punta del iceberg de la desconocida literatura de su nación, que este mes de octubre será la invitada de la Feria del Libro de Fráncfort, la mayor feria comercial de libros del mundo. Me llamo rojo es declarada la novela más sobresaliente de Pamuk. Fue escrita en 1998, y con ella nos adentramos en el esplendor y la decadencia del Imperio Turco, retrocediendo hasta el siglo XVI, con sus tensiones, sus fundamentalismos, sus terrores, y con el amor, que constituye el gran eje de la novela. A través del gremio de los ilustradores y de la pintura en miniatura que adornan las joyas literarias otomanas como el Libro de las festividades, el Libro de los reyes, el Libro del alma, el Libro de vestiduras, el Libro de los talentos, o el Libro de las circunstancias del Juicio final seremos testigos de una historia de intriga, de asesinatos, de poder, de religión, de tradiciones y de apertura cultural hacia Occidente.
La obra de los ilustradores otomanos clásicos tenía como misión plasmar la visión de Dios en cada uno de los temas tratados. Pero los tiempos están cambiando y Turquía recibe fuertes influencias del arte cristiano originado en Italia. El sultán, vencido por las tentaciones desea que lo retraten para inmortalizar su figura en un libro lleno de imágenes nunca antes pintadas, algo que está totalmente castigado por la ley islámica, puesto que representa un producto de su vanidad. Pero el sultán quiere impresionar al dux de Venecia y, por eso, desea que lo retraten y que sus mejores ilustradores introduzcan la visión del hombre, su perspectiva y sus colores, aunque, por supuesto, en secreto.
El amor está presente de principio a fin de la obra con una historia de amor de enorme complejidad que abarca tiempos y espacios diferentes, circunstancias que marcan las relaciones entre los protagonistas, no exentas de tensiones, peligros y dudas. Notaremos en la lectura la riqueza, la naturalidad y la belleza de las descripciones de las multiformes prácticas sexuales: no se puede ser más explícito y menos “ofensivo”. Pamuk demuestra saber captar lúcidamente los mínimos gestos que definen claramente la psicología de sus personajes.
La novela, aunque ambientada en otra época que parece lejana, rescata temas sociales, éticos y culturales de notable actualidad. Es una lectura inolvidable que incita a la reflexión constante. La trama irradia un luminoso brillo didáctico sobre cómo nos gusta vivir la vida y que nos acerca a la felicidad. Estén atentos a la descripción que hace del color rojo en un capitulo exclusivo, es de lo más potente, podrán deleitarse de principio a fin. Recorrerán las laberínticas calles de Estambul, sus callejuelas secretas, y sobre todo descubrirán el reputado río Bósforo, que parte a la ciudad otomana en dos. Así que sin más pinceladas y prolegómenos, les deseo que cuanto antes... ¡Disfruten de la Literatura de Altura!
Seguramente su biblioteca, le hizo poco a poco, convertirse en un escritor laico interesado en como Turquía podría alcanzar un futuro más brillante. En el año 2005 estuvo a punto de ir a la cárcel por "ofender la identidad nacional" con sus declaraciones sobre el conflicto kurdo y el genocidio armenio. Ahora, traducido a más de 30 lenguas, Pamuk, primer premio Nobel de Literatura de la historia turca, que obtuvo en el 2006, se ha convertido en la punta del iceberg de la desconocida literatura de su nación, que este mes de octubre será la invitada de la Feria del Libro de Fráncfort, la mayor feria comercial de libros del mundo. Me llamo rojo es declarada la novela más sobresaliente de Pamuk. Fue escrita en 1998, y con ella nos adentramos en el esplendor y la decadencia del Imperio Turco, retrocediendo hasta el siglo XVI, con sus tensiones, sus fundamentalismos, sus terrores, y con el amor, que constituye el gran eje de la novela. A través del gremio de los ilustradores y de la pintura en miniatura que adornan las joyas literarias otomanas como el Libro de las festividades, el Libro de los reyes, el Libro del alma, el Libro de vestiduras, el Libro de los talentos, o el Libro de las circunstancias del Juicio final seremos testigos de una historia de intriga, de asesinatos, de poder, de religión, de tradiciones y de apertura cultural hacia Occidente.
La obra de los ilustradores otomanos clásicos tenía como misión plasmar la visión de Dios en cada uno de los temas tratados. Pero los tiempos están cambiando y Turquía recibe fuertes influencias del arte cristiano originado en Italia. El sultán, vencido por las tentaciones desea que lo retraten para inmortalizar su figura en un libro lleno de imágenes nunca antes pintadas, algo que está totalmente castigado por la ley islámica, puesto que representa un producto de su vanidad. Pero el sultán quiere impresionar al dux de Venecia y, por eso, desea que lo retraten y que sus mejores ilustradores introduzcan la visión del hombre, su perspectiva y sus colores, aunque, por supuesto, en secreto.
El amor está presente de principio a fin de la obra con una historia de amor de enorme complejidad que abarca tiempos y espacios diferentes, circunstancias que marcan las relaciones entre los protagonistas, no exentas de tensiones, peligros y dudas. Notaremos en la lectura la riqueza, la naturalidad y la belleza de las descripciones de las multiformes prácticas sexuales: no se puede ser más explícito y menos “ofensivo”. Pamuk demuestra saber captar lúcidamente los mínimos gestos que definen claramente la psicología de sus personajes.
La novela, aunque ambientada en otra época que parece lejana, rescata temas sociales, éticos y culturales de notable actualidad. Es una lectura inolvidable que incita a la reflexión constante. La trama irradia un luminoso brillo didáctico sobre cómo nos gusta vivir la vida y que nos acerca a la felicidad. Estén atentos a la descripción que hace del color rojo en un capitulo exclusivo, es de lo más potente, podrán deleitarse de principio a fin. Recorrerán las laberínticas calles de Estambul, sus callejuelas secretas, y sobre todo descubrirán el reputado río Bósforo, que parte a la ciudad otomana en dos. Así que sin más pinceladas y prolegómenos, les deseo que cuanto antes... ¡Disfruten de la Literatura de Altura!
1 comentario :
!Hola Tránsito!, te he conocido en el canal de literatura, visito tu blog, es encantadora tu forma de hacer la reseña de los libros q
ue lees, animas muchisimo a su lectura.
Gracias. Chicago. (Disculpa que figure como anónimo, pero es que no sé todavía como registrarme, ya lo veré).
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