HURACANES EN PAPEL™ - Reseñas literarias

Sólo me queda esperar la aparición de un Nuevo Tifón Literario de magnitud cinco como los producidos por Mikhail Bulgakov, Thomas Pynchon o Roberto Bolaño. Ese día llegará y mi búsqueda no habrá sido en vano. Huracanes en papel™ 2007-2024

miércoles, 11 de noviembre de 2009

La casa en el confín de la Tierra, de William Hope Hodgson

Creo que es el cierzo. Llega el frío y cuando me meto en casa siento ganas de enclaustrarme entre mis libros mientras el viento se calma. Pero esta idea de soledad lleva oculta en realidad un deseo por acercarme a las historias de terror contadas en una noche cerrada y silenciosa. Y eso es lo que he hecho. Con esta obra me adentré en múltiples dimensiones del arte. Me interesaba el autor. Era del Círculo de Lovecraft. Mundos Exteriores y Horror Sobrenatural. Pero antes fíjense. La imagen de la portada como verán es impactante. Es un dibujo del inquietante polaco Zdzisław Beksiński. Murió asesinado a puñaladas en su casa de Varsovia en 2005, a los 75 años. Lo mató el hijo adolescente de la persona que cuidaba de Beksiński por negarse a darle un préstamo. Beksiński entró en la escena artística de su país en la década de los 50 y destacó por sus interpretaciones abstractas de esqueletos, sus criaturas monstruosas y otras imágenes apocalípticas evocadoras de la muerte y la decadencia. Es una pena que la editorial Valdemar haya recortado la imagen original privándonos del verdadero horizonte que pintó Beksiński. Bueno, no importa, yo se la muestro íntegra, más abajo. El bicho horrendo que sale con la cabeza vendada y ensangrentada tiene muy poco que ver con las Criaturas-cerdo que ponen en jaque al protagonista y que detalla de una manera que no concuerda con la imagen de Beksiński. Puede que él no leyera la novela de Hodgson:

Tenía una boca y una mandibula grotescamente humanas, pero no podía decirse que tuviera barbilla. Su nariz se prolongaba en un hocico que, junto con los ojos pequeños y las extrñas orejas, le daba un extraordinario aspecto de cerdo. Tenía la frente escasa y la cara de un desagradable color blancuzco.

Lo importante es que los escenarios sí que están en sintonía con las ficciones góticas de Hodgson. Marcan un ambiente fantasmagórico muy rico en detalles surrealistas, oníricos y tenebrosos, que deseo que observen antes de entrar en estos confines de la Tierra.











Terrorífico e interesante, ¿verdad? Pues bien... ahora conozcamos al escritor. William Hope Hodgson (1875-1918) es sin duda uno de los representantes más originales de lo que se ha dado en llamar el «cuento materialista de terror». Nacido en Essex, Gran Bretaña en 1877. A los 13 años se enroló en la marina mercante, lo cual le permitió navegar por todo el mundo. Ocho años más tarde decide volver a tierra, cansado del mar y de la mala vida llevada por los marineros. En Inglaterra trabajó como fotógrafo y como profesor de gimnasia en una escuela de Blackburn. Abrió un gimnasio que no tuvo mucho éxito, aunque hay una anécdota un tanto perversa que sí se hizo famosa. Hodgson le planteó un reto a Houdini.

Los días 24 y 25 de Octubre de 1902 salieron unos anuncios en la prensa que preparaban el gran reto. Hodgson había preparado el terreno con mucha sabiduría. La fama de Houdini como escapista ya era grande por no decir que única. Es por eso que William debió redactar estas sospechosas palabras que le envió a Houdini en una carta. Tal vez estaba usando el ingenio para vencer la habilidad de Houdini:

Condiciones:

  1. Traeré mis propios grilletes.
  2. Usted traerá los suyos.
  3. Si usted no se libera el premio será donado a la enfermería Blackburn(¿tramposo pero altruista?)

Si gana usted seré el primero en felicitarle. En caso contrario, la enfermería saldrá beneficiada.


Houdini aceptó el reto en otra escueta carta. Con ello aceptaba también las condiciones. O al menos las aceptó en un principio.

En el Palace Theatre, Houdini y Hodgson serían atados de manos con grilletes. También se les ataría las muñecas y las piernas. Ganaría el que antes se escapase de esa trampa autoimpuesta. Curiosamente, podemos dudar que Houdini pudiese escapar de la trampa que su rival le había preparado. Pero todo son especulaciones. Los hechos que conocemos son los que narra una crónica de un periódico de esa época.

Al parecer Houdini se quejó de buenas a primeras de los grilletes de su rival. Decía que estaban falsificados, que los veía forzados. Hodgson respondió que las condiciones que habían impuesto se habían aceptado previamente: “Cada uno usaría sus propios grilletes”. Ese era un argumento impecable. Es por ello que siguieron adelante con el reto frente a un interesado y morboso público que probablemente quisiera contemplar a Houdini y apostase por él más que por el desconocido maestro de gimnasia.

Al cabo de media hora de forcejeos el hermano de Houdini, entre la concurrencia, pidió que liberasen las manos de su hermano para que le circulase la sangre durante unos minutos. El doctor de la sala le apoyó y dijo que era lo más conveniente. Pero Hodgson se negó en redondo. Ese no era el trato y debió sospechar de la mala fe de su contrincante.

Tres cuartos de hora más y Houdini consiguió liberar sus manos. Eso le hizo volver a pedir tiempo prestado para que le circulase la sangre y al cabo de diez minutos seguir con el resto de la liberación(muñecas y piernas). Hodgson, testarudo, se volvió a negar. Él ya se había liberado aunque éste es un punto que no queda explicado con nitidez en la crónica. Lo que está claro es que cuando Houdini liberó el resto de su cuerpo le dijo a la audiencia que en catorce años de profesión nunca le habían tratado con tanta brutalidad y que (erre que erre) los grilletes del otro estaban forzados, no eran tan “legales” como los suyos. Pero ya para entonces un policía había ordenado a Hodgson salir de la sala para evitar disturbios y la tormenta de público airado que se le avecinaba. A las doce y cuarto de esa mañana la gente abandonó más o menos decepcionada el teatro.

Más tarde Hodgson alegaría que él no había falsificado nada y que ya era mucho no haberse retirado de la competición cuando el otro le había recriminado tanto y con tanta injusticia. ¿Quién estaba en lo cierto? Bien... Había unas condiciones pactadas y Hodgson las siguió al pie de la letra. Atendiendo a ese detalle nuestro escritor es irreprochable. Pero sólo son conjeturas. Como podemos conjeturar también si Houdini pagó o no el dinero a la enfermería Blackburn.

Al poco de esta anécdota Hodgson cambió la gimnasia por la escritura. Por esa época Hodgson, además de sus artículos a las revistas deportivas, también escribía artículos y ensayos sobre temas marineros o sociales en gacetas literarias. Viendo que en el pequeño pueblo de Blackburn el negocio se le estaba viniendo a pique, y nunca mejor dicho, ya debió comenzar a sopesar la idea de hacerse escritor a tiempo completo. Y comenzó su carrera literaria.

La asombrosa facilidad de Hodgson para recrear atmósferas angustiosas y oprimentes fascinó a H.P. Lovecraft y los escritores de su círculo. A propósito de esta obra, decía Lovecraft:

«La casa en el confín de la tierra (1908) -quizá la mejor de todas las obras de Hodgson- trata de un caserón solitario y temido de Irlanda, que constituye el centro de espantosas fuerzas del trasmundo y soporta el asedio de híbridas y blasfemas anormalidades que surgen de secretos abismos inferiores. Los vagabundeos del espíritu del narrador durante ilimitados años-luz del espacio cósmico y kalpas de eternidad y su asistencia a la destrucción final del sistema solar, son algo casi único en la literatura fantástica. Por lo demás, a lo largo de la historia se pone de manifiesto la capacidad del autor para sugerir horrores vagos y emboscados en un escenario natural.»

H.P. Lovecraft y Clark Ashton Smith lo reivindicaron como maestro de la escuela norteamericana del Horror Sobrenatural junto a Ambrose Bierce y otros. Una etiqueta muy bien designada. El relato te pone los pelos de punta. Hay momentos en los que sientes la subida de una descarga eléctrica por la espina dorsal.

La casa en el confín de la Tierra incluye elementos como Criaturas-cerdo, el Orbe Blanco, la morada del Eterno, lo Inefable, el Mar del Sueño, la sombra del Sol Muerto, el Dios-Asno y múltiples detalles imaginarios que rondan por la mansión que está en rapport con otra remota y tremenda casa ubicada en una Llanura rojiza incomparable (lo único que en la portada se ajusta al relato) en un sorprendente viaje a través del tiempo y el espacio. La trama es muy sencilla. Dos amigos se van a una aldea de Ardrahan, un lugar remoto en el oeste de Irlanda para pescar en un río que uno de ellos encontró por casualidad no hace mucho en unas anteriores vacaciones. Descendiendo río abajo por el inhóspito paraje descubren unas ruinas dentro de un bosque sombrío de lo que en tiempos debió ser una mansión, y allí se topan con un manuscrito lleno de barro que resulta ser el diario de quien allí vivió durante mucho tiempo.

La entrada en el relato es adictiva. Genera mucha curiosidad, nos guste o no este tipo de género. El desarrollo es coherente, razonado, todo discurre dentro de la normalidad y el escenario empieza a resultar inquietante. Sin darte cuenta das un salto en el tiempo para intentar descubrir que ha sucedido en esas ruinas que en el pueblo dicen ser habitadas por el diablo.

Tengo que decir que hay párrafos en los que el anciano cruza puertas a un espacio interestelar que pueden resultar un tanto farragosos y aburridos, perjudicando el hilo de angustia que se crea en torno a la casa y a sus moradores en el confín de la Tierra. De todas maneras siempre es interesante visualizar nuevos escenarios nunca narrados en otros géneros. Si les digo la verdad yo llegué a pensar que Hodgson escribía bajo los efectos de algún tipo de alucinógeno. Las alteraciones de la percepción son constantes en muchos tramos.

Los dos últimos capítulos son frenéticos, terroríficos. Hodgson debió de acabar exahusto tras terminar de escribirla. Durante la lectura puedes percibir incluso el sudor de sus temores. Lo más interesante es el entorno de la casa siniestra de Ardrahan con su torre y el pozo tenebroso por el que se escapan las criaturas de las tinieblas. Me ha gustado mucho el final. Es potente y aumenta el realismo de la atmósfera sobrenatural. Estas historias en otoño, encerrado en casa, mientras el viento empuja las ventanas, pueden reactivar todos y cada uno de los poros de su piel. Asegúrense de cerrar bien el pestillo de la puerta e intenten no hacer caso a los ruidos extraños de su casa.

Bueno. Y para finalizar, no quiero cerrar la entrada de este blog sin recomendarles que le presten mucha atención al comic de Richard Corben. Es el Spilberg del cómic de terror adaptando obras de Edgar Allan Poe o Lovecraft. El guión es de Simon Revelstroke, otro maestro. Yo lo leí después de acabar con el relato de Hodgson y me ha resultado no sólo fascinante sino magistral. Conecta fielmente con la atmósfera original. Es un muy interesante complemento. Los dibujos y el texto convierten las ochenta y cuatro páginas del cómic en el bien llamado noveno arte. La editorial Norma lo tiene descatalogado así que desde Huracanes en papello pongo a su disposición para que puedan disfrutarlo enteramente:

La casa en el confín de la Tierra - Richard Corben (2000)








¡Qué lo disfruten! Me alegrará conocer sus impresiones tras su lectura. Yo sobreviví a la experiencia. Mi corazón sigue latiendo incluso con más fuerza. Buen provecho.

9 comentarios :

Unknown dijo...

El género de terror me interesa mucho aunque a veces acabe cerrando el libro de golpe para evitar que los males que describen salgan a la habitación. Me gustó tu entrada.

Karla dijo...

Uno de mis libros favoritos. Sobre todo en la vertiente apocalíptica que maneja, cuando el solo comienza a girar a una velocidad vertiginosa y todo dentro la casa comienza a convertirse en puñados de polvo.

Gran reseña.

Laura Lobón Castro dijo...

Buenas. Llegué el otro día a tu blog buscando información acerca de la obra de esta entrada, que quiero leer, pues me apasiona el universo que creo Lovecraft y que parece ser que este está fuertemente influenciado por Hodgson. Nada..que la entrada me ha gustado mucho y me ha servido para descubrir a Zdzisław Beksiński, magnífico. Creo que mi blog lo voy a enfocar hacia la pintura:) Saludetes.

Tránsito Blum dijo...

Esta fue la obra que inspiró la creación de "Los Mitos de Cthulhu" de Lovecraft. Descubrir a Hodgson es como conquistar los confines del terror. Si la entrada os ha gustado os aseguro que el verdadero culpable es Hodgson. Os fascinará su lectura. Drifrutadlo. Este año iré mostrando otros escritores de lo macabro. Son indispensables. Nos ponen a tono.

Saludos a todos y bienvenidos a l@s Nuev@s.

Mariajose Miguel dijo...

Hola que tal,, estasuper interesante tu blog. Estoyhaciendo una investigacion en torno a Hdgson y su obra, y no encuentro mayor info en la internet. Sabes de algun libro (que este aun en venta) o de algun sitio que me puede iluminar?
Muchas gracias! :)

Tránsito Blum dijo...

Tal vez seleccionando obras sobre escritores que escribieron literatura del horror. No es una tarea nada sencilla. Hodgson sigue siendo un escritor de culto todavía muy desconocido para una inmensa mayoría. Si buscas información sobre su Trilogía del Abismo recavarás muchos datos biográficos. Entre ellos que murió pulverizado por una bomba en la I Guerra Mundial. Su legado a la literatura fue magistral. ¡Feliz vuelo por el catártico horror!

siber dijo...

Es un gran libro la istoria genial y ahun lo recuerdo a pesar de que ya son muchos años de que lo lei

Daniel Cenoz dijo...

Al cómic le falta la página 47. Hay forma de obtenerla? Gracias!

joe garitaonandia dijo...

Por lo que dices parece interesante... A por él!