HURACANES EN PAPEL™ - Reseñas literarias

Sólo me queda esperar la aparición de un Nuevo Tifón Literario de magnitud cinco como los producidos por Mikhail Bulgakov, Thomas Pynchon o Roberto Bolaño. Ese día llegará y mi búsqueda no habrá sido en vano. Huracanes en papel™ 2007-2024

jueves, 22 de octubre de 2009

Maldito Karma, de David Safier

El sábado revisé l'actualité littéraire con los nuevos Best Sellers de octubre en una de las librerías más imperiomastodónticas que tiene el estado español. Sí. En una de esas Casa Zara del libro, del Grupo Planeta, que quieren acaparar todo el mercado posible de lectores. Y allí clavé mi mirada , en la sección de Novedades, en la portada de una novela que llevaba vendidos un millón de ejemplares en Alemania y que a su vez se había convertido en un Best Seller instantáneo en Francia e Italia. Le eché un vistazo. La trama me pareció un tanto rocambolesca. Pero divertida. Entendí que el deseo del autor era entretener. Y me la llevé. No porque me atraiga el tema de la reencarnación, sino porque era sencillamente un Best Seller. Un libro de masas fáciles. De esos que pueden generar chascarrillos o debates difusos. Así que encendí toda la maquinaria de la lectura y me entregué ¡al tajo!

Y bien. Empecemos. He reunido todos mis datos. El fin de esta novela tiene como meta poner en orden nuestros sentimientos. Sí. Quiere que reflexionemos sobre la ousia vital de nuestra existencia y los nudos de nuestro corazón latiente. La obra se la dedica el autor a su mujer y a sus dos hijos, a quienes considera su nirvana. El más absoluto estado de liberación del sufrimiento. Y con estos preliminares me arrojé a la narración, consciente de la emotividad contenida. Y desagradablemente, me encontré con un punto oscuro en el relato. Muy, muy oscuro. Continuemos. Como no es mi deseo que lo compréis ni que lo leáis, lo voy a destripar por completo. Con pétreo talante. Inexorablemente. Quien lo desee, está a tiempo ahora de aniquilar este Alto Vacío y activar la orden de destrucción con el aspa de su navegador. Los demás podréis atender la tesis de mi descontento. Prosigan los valientes. Empiezo con el argumento.

Kim es una presentadora muy famosa de informativos de la TV Alemana. Tiene 32 años. Alex, su marido, 33. Lilly, su hija, 6. Se conocieron durante la carrera. Fue amor platónico. Se casaron en Venecia, en la preciosa iglesia de San Venczio, frente al mar. Luego Kim se quedó embarazada y rompió aguas en la caja del supermercado. La ambulancia tardó 43 min en llegar y en ese lapsus de tiempo firmó varios autógrafos. En el paritorio Alex recibió por parte de las enfermeras un 9,7 de puntuación por el cariño con que trataba a su mujer. La nota general era 2,7. Ahora ella está en el mejor momento de su carrera. Es candidata a los Premios TV junto con el atractivo rival Daniel Kohn. Alex cuida de su hija y se ocupa de la casa. Justo, los premios, coinciden con el día del cumpleaños de Lilly. Y ella decide acudir sola a la gala, eludiendo la petición de Lilly para que se quede con ella en ese día tan importante. Tras la gala, en el hotel, sube a la azotea y allí muere aplastada por el lavabo de una estación espacial rusa. En el más allá Kim se entera de que ha acumulado mal karma a lo largo de su vida: ha engañado a su marido, ha descuidado a su hija y amargado a cuantos le rodean, pronto descubre su castigo: está en un agujero, tiene dos antenas y seis patas... ¡es una hormiga! Deberá acumular buen karma para ascender por la escala de la reencarnación y volver a ser humana, pero pasando por muchos contratiempos.

Interesante leiv motiv. Divertido ¿no les parece? Pues yo les aseguro que engancha. No la puedes soltar. El verdadero protagonista de la historia es "El Alma". Esa energía, psique o espíritu que todos llevamos dentro. Con esta premisa se construye una historia que no cesa de arrancarnos guasonas sonrisas. Sonrisas hasta placenteras, ingeniosas. Los personajes toman vida, tienen relieve, es casi como abrir una ventana al desplegar el libro y observarles a todos en una danza cómica y socarrona pasando de un gag a otro con total naturalidad. Da gusto. Te preguntas constantemente que va a ocurrir.

Y todo empieza en medio de una crisis de pareja. La relación entre Alex y Kim atraviesa una mala racha. Bastante mala.

“Nuestra relación era tan estable como la Unión Soviética en 1989.”

La primera frase del libro es muy cómica. Fue lo que más me decidió a comprarla. Estaba en completa sintonía con los preliminares. Me gustan este tipo de frases nacientes. Se nota que el escritor tiene estilo y va directo al magma. Con inteligencia y sencillez. Me gusta.

“El día de mi muerte no tuvo ninguna gracia.”

Vamos a ser testigos de una confidencia importante. Nos va a contar uno por uno sus secretos. Con lo cual inmediatamente te sientes partícipe en la narración. Y para adentrarnos por completo, Kim nos confiesa los seis... PEORES MOMENTOS DEL DÍA de su muerte:

6º Lilly le pide por su cumpleaños a su madre que se quede en casa con ella, el mismo día de la entrega de premios de TV.

5º Ve su imagen reflejada en el espejo de los baños del aeropuerto y se pregunta si le será atractiva a Daniel Khon, nominado también a la categoría de "Mejor presentador de informativos".

4º En la habitación del hotel siente que ella y su marido ya no se quieren. Él no está allí con ella compartiendo este gran acontecimiento.

3º El vestido se le rompe en la gala y le enseña el culo a 1.500 famosos y a 6 millones de telespectadores.

2º Muere aplastada por lavabo de una estación espacial rusa.

1º Tiene seis patas, dos antenas larguísimas y un abdomen tremendo... ¡es una hormiga!

Y en todo este guirigay conoce a Casanova reencarnado en una hormiga macho que es apresada en uno de los calabozos del hormiguero. Este personaje es un comodín que anima mucho las escenas. Les da un punto muy gracioso, incluso carismático. La aparición de la madre de Kim nos acerca más a lo humano, ella es una ex-alcohólica. De niña ni siquiera le tatareaba canciones infantiles, en cambio le cantaba el Do you think I'm sexy de Rod Steward. Brutal.

Este toque le añade una pincelada tragicómica al enredo familiar. Las lecciones de la madre sobre la decadencia de su vida conmueven. Y además ayudan a entender parte del caracter convulso de su hija Kim.

Por cierto. Antes de seguir. Durante la lectura he tenido siempre la impresión de que esta comedia ha sido escrita por una mujer. No es que desee desconfiar de las virtudes observadoras de David Safier sobre el género femenino, sino que prefiero atender a las mías como lector. No sé. Creo que hay temas que sólo las mujeres conocen. Es simplemente eso. Y aquí hay un dominio de ese terreno que me inquieta y del que recelo. Pero, nada, no es más que una diminuta apreciación que deseo dejar anotada, por si algún día se descubriera la supuesta patraña de la falsa autoría de esta obra según mi hipotética pesquisa. Hay mucho negro en el mundillo de la tele, Safier está muy metido trabajando como guionista de series en Alemania. En la tele pasan cosas muy raras. Sino que se lo pregunten a Ana Rosa Quintana. Bien. Prosigo con los detalles de la narración.

“Cuando eres un animal te das cuenta de lo duros de mollera que son los humanos.”

Poco a poco, Kim irá obteniendo más y más karma gracias a sus buenas acciones con los seres vivos e irá ascendiendo en la escala de la reencarnación. Pasará de hormiga a conejilla de indias, luego a gato, después a beagle y finalmente se reencarnará en la hiper-rubensiana María. ¡Vamos!... en una gorda con importante sobrepeso.

Y desde el cuerpo de María (Kim) ideará una estratagema para recuperar a Alex y a su hija. Y como el alma de Kim es todo menos deficiente, planifica sibilinamente la culminación de su objetivo por fases:

Fase uno: Observar al enemigo: concretamente a su amiga Nina que le ha birlado a su marido.

Fase dos: Provocar celos. Guerra psicológica. Luz de gas. Romper el equilibrio entre Nina y Alex. María (Kim) mete una caja de condones en la chaqueta de Alex antes de introducirla en la lavadora y Nina la encuentra cuando están tendiendo la ropa. La caja actua como pura dinamita explotando en su tela de araña emocional y causando una irritación total en su rival. Este momento es para troncharse. La tensión empieza a ascender y es cuando empezamos a disfrutar de un final cargado de nitroglicerina cómica. Empieza el movimiento. Kim consigue que Casanova, reencarnado en gata y que no es para nada amante de la homosexualidad, se lance al cuello de Alex para hacerle un chupetón. Otro estallido de nitroglicerina.

Fase tres: Tomarse un descanso. Manipula el termómetro electrónico anticonceptivo que usa Nina para sus relaciones sexuales y espera a que su confianza y su estabilidad se resquebraje. Nota que estas triquiñuelas y subterfugios no son suficiente.

Fase cuatro: Cambiar el plan radicalmente. Evocar los sentimientos que Alex tenía hacia Kim. Le embelesa y se besan con absoluto amor. Un beso eléctrico. Algo maravilloso.

Fase cinco: Tiene que improvisar. Nina entra en la cocina y les pilla. Se marcha muy dolida. Kim le pide que la deje alejarse. Alex la mira de muy mala uva porque siente que Kim le ha embrujado. En ese momento Kim está atrapada. ¡Maldito Buda! ¡Maldito karma! No puede contar la verdad... y Alex la despide. Pero a Kim le sirve para darse cuenta de que quiere a Alex y que con Daniel Kohn la cosa era sólo ardiente, excitante, una aventura. Con Alex era verdadero amor. Bien. ¡Tela lo que le cuesta darse cuenta de esto!

En todo este proceso María (Kim) obtiene situaciones en las que poder disfrutar de muchos momentos cerca de su hija que están repletos de ternura, y esto te lleva a defender su noble causa. Enorgullece apoyar los esfuerzos destinados a la victoria de un verdadero amor, y derrocar así, las relaciones vacuas que se instauran por un interés veleidoso y futil. Las diferencias de conductas entre Nina o María con respecto a Lilly son abismales.

“Jugar al fútbol con una Lilly sonriente conseguía que dentro de mí se segregaran hormonas de la felicidad que, por lo visto, hacían más efecto que las pastillas.”

Alex y Nina desaparecen de casa con Lilly y se marchan a Venecia. María (Kim) les sigue ayudada por Daniel Kohn que le presta el dinero y se apunta a la aventura para saber qué está pasando en este enredo. Con ellos se va también el gato Casanova, quien encontrará una pista sobre el paradero de Lilly. María (Kim) encuentra a su hija escondida en la iglesia San Vinczio, donde se casaron sus padres. Al poco entran Alex y Nina que la habían perdido. La iglesia está en ruinas, así que todos corren peligro dentro. Alex le pide explicaciones a María (Kim) de porqué está siguiéndoles. Como Buda no le permite manifestarse con respecto a sus reencarnaciones para que él entienda que es Kim, ella utiliza frases alegóricas.

“El gorrión que es un pillo, le regala a la novia el anillo.”

Daniel Kohn cree entender que María es Kim. Alex empieza a sospechar algo también pero Nina decide acabar con toda esa locura, porque principalmente no quiere perder, como es lógico, a Alex. Y de repente Lilly crispada de desesperación trepa por uno de los andamios de la iglesia, poniendo su vida en riesgo, y en ese momento tanto Alex como María (Kim) muestran un hercúleo interés por ella, para protegerla, mientras que Nina toma una conducta más displicente. Pretende llamar a los bomberos para que ellos se hagan cargo y al salir por la puerta, María (Kim) que está pendiente de la frágil inestabilidad de los andamios y de lo cerca que están de ser golpeados por esa puerta, se lanza hacia Nina para detenerla. Hasta aquí la historia, con sus rifi-rafes de ficción, resulta muy entretenida y hasta plausible. La escena es trepidante y la entrega por parte de María (Kim) apasiona, por lo que perdura ese mismo deseo por defender la causa de Kim: derrocar a Nina. Pero no. El aura de María (Kim) se volatiliza de forma fulminante. Todo el buen rollo del libro se va al carajo. Justo aquí. Igual que ocurre con el final de Los Grope de Tom Sharpe. En medio de todo este largo proceso de redención dármica, Kim, propala un juicio imperdonable contra su rival. Imperdonable. Y hace trizas el relato. Safier, o el negro de Safier destapa el velo de sus verdaderas intenciones al crear toda esta pantomima.

Qué gran decepción. Pero bueno, ya se sabe, no es oro todo lo que reluce. Maldito karma, desgraciadamente, emite un tufillo muy feo, huele a podrido en sus entresijos en cuanto se empieza a juzgar la vida de Nina. El error más feo lo comete en este punto, cuando empieza a moralizar camufladamente y en plan bellaco contra su pasado. Todo ese espectáculo de amor y de actos entregados por un fin altruista se derrumba en cuento Kim, que parecía haberse redimido de su vileza, juzga a Nina por un aborto que tuvo de joven, tildándola por ello de malvada, suponiendo además que ese "acto cruel" le llevará a reencarnarse, incluso tal vez en hormiga, al escalafón más bajo de la transmigración de almas . Aquí Safier, o quien haya escrito esta comedia irrespetuosa, ha metido completamente la gamba. Me estaba gustando mucho el final con esa lucha impetuosa por defender la vida de Lilly cuando se sube al andamio. Es un final valiente. Emotivo. Y de repente ¡zas! Latigazo antiaborto obtuso y friático escondiéndose en razonamientos irresolutos tras el yugo de las religiones. Patético. Descubro que esta farsa tiene como objetivo provocar sentimientos de culpa contra mujeres que en su día (sin conocer nosotros los motivos) tuvieron que abortar. Pues bien. Lo tengo claro. Jamás volveré a leerme nada que lleve la marca de David Safier. Este tipo de libros son los que me gusta quemar en la chimenea, cuando llega el invierno, para que la llama de su máxima combustión me den toda la luz necesaria con la que releer algún que otro párrafo del
Summa Theologica de Santo Tomás de Aquino. Partidario de la animación mediata o retardada, igual que Aristóteles. Entendía que Dios no creaba el alma del ser humano hasta muchos días después de la fecundación. Noventa en el caso de una mujer. Lo que significaba en su época que el embrión no tenía alma. Y eso que en el siglo XIII Santo Tomás no contaba con todos los datos de los que ahora dispondría sobre ADN, embriogénesis o histología.

Pero a parte de todo esto y centrándonos en el enfoque literario, Safier debería aprender la técnica de la punta del iceberg que tanto usaba Ernest Hemingway para tratar temas dolorosos como la guerra, las heridas, la muerte, el alcoholismo, el machismo, el fracaso o el aborto. Pero claro. ¿Cómo se me ocurre pensar que esto lo puede aprender un guionista de series al que si le miras bien el rostro en la contratapa del libro compruebas su irreverente gesto cargado de ironías mediocres y procedentes de las ciénagas donde habita su alma encadenada, presa de su cerril conservadurismo mojigato. En la sección de "libros" de la COPE o en la Sede de la Conferencia Episcopal se estarán frotando las manos para promover la compra y difusión de este taimado alegato católico y antiaborto para confundir a las adolescentes o mujeres dubitativas, o para herir a las personas que pasaron por este hecho tan íntimo y personal . Es abyecto y ruin.

“Y Nina no estaría mucho tiempo muerta. Se reencarnaría. A lo mejor en un bonito conejo o en un fantástico caballo: a ella le gustaban los caballos. Y tampoco había hecho tantas cosas malas en su vida como para ir a parar muy abajo en la escalera de la reencarnación. ¿O sí? Que una vez abortara no bastaría para ir a un hormiguero. ¿O sí? Después de todo, Buda no era como el Papa. ¿O sí?.”

¿Qué les parece? Utiliza una disyuntiva excluyente. Qué pérfida. En su sistema de valores, Kim propone dos posibles alternativas para Nina por haber abortado. Las dos alternativas conllevan un importante descenso. Quiere dejar claro que el aborto (en general) se situa entre uno de los peores actos malvados del ser humano:

1.- Abortar no basta para descender a lo más bajo del escalafón. El hormiguero. Así que si no basta, es porque no llega a ser suficiente, lo que deja entender que su descenso está próximo al escalafón de la familia
formicidae. Puede que no se convierta en una hormiga, pero si en un insecto, una oruga o una araña. Algo que esté siempre por debajo del conejo o de los lepóridos, más abajo del ratón o la musaraña, puesto que abortar le excluye irremediablemente de reencarnarse en un bonito conejo.

2.- Abortar te precipita irrevocablemente al hormiguero. Así. Sin más. Porque a ella le sale del níspero. Y además no admite preguntas ni sugerencias. Por si acaso.

Así que esta es la sentencia que Kim proyecta para el futuro transmigracional de Nina como experta en reencarnaciones. Un gesto cutre y chabacano por parte del escritor.

Y después de esto, para rematar la escena, María (reencarnación de Kim en un cuerpo obeso) le salva la vida a Nina, sí, sí, arrojándose como un colchón de grasa encima de ella para protegerla de los andamios que se derrumbarán al abrir la puerta. Esta claro que Safier quiere ensalzar a María como una heroína, una salvadora que conoce todas las etiquetas del bien y del mal. Que juzga al prójimo con precisión y que desea por encima de todo la salvación del prójimo, incluso por encima de su cadáver. ¿Vaya caña, no? Esto es muy judeo-cristiano. Y en esto Kim (María) pierde los latidos del corazón en tan altruista y oligofrénica hazaña. Cuando llegas a este punto del guion ya no sabes ni que pensar del final, que está a dos cortos capítulos para cerrar la historia con lo que le puede quedar de decoro y dignidad al escritor.

Se oyen de nuevo los latidos del corazón de María (Kim). Está en el vestíbulo del nirvana. Tiene al Buda desnudo balanceándose encima de ella y Kim le pide que haga el favor de vestirse. No me digan que no es para partirse de risa. Y Buda le contesta que ella también está desnuda.

“Era verdad. Los dos teníamos toda la pinta de estar en una excursión de nudistas organizada por Weight Watchers.”

María (Kim) le pregunta si está muerta y él le contesta que no del todo, a lo que ella se extraña por no estarlo del todo. Y añade:

“No estar muerta del todo es como no estar embarazada del todo.”

Insiste en el mismo concepto de forma recurrente, aunque ahora con otra enunciación, que viene a decir que «estar muerta = no estar embarazada », o «estar viva = estar embarazada ». Como veis la intención de este relato es claramente antiaborto. Desea moralizar y penalizar todo tipo de abortos sin ofrecer argumentos ni entrar en análisis reflexivos. Es taxativo y simple. Su lenguaje reiterativo es propio de una voluntad tirana y pusilánime. Hacía tiempo que no me encontraba un personaje tan dañino. Safier es el facha de la literatura alemana, que se quiere tirar el rollo en defensa de la familia y el amor, no sin antes atacar de forma indigna a personas que han sufrido una realidad que desconoce por completo. Que tipo más oscuro. Esta novela va a crepitar de lo lindo en las brasas de una hoguera invernal, en cuanto suba a mi refugio de la montaña. Y esto lo juro por Júpiter y por Saturno, que al igual que la Tierra giran al rededor de Sol en una órbita elíptica.

Y bueno. Por último tengo que comentar que mi ejemplar tiene muescas negras que aparecen de forma caótica en cinco hojas impares del libro. Una de ellas está clavada en la cuarta línea de la página 305, en la "v" de "volver". Otra en la página 275. La mella se hunde en la "b" de "abrió". Me pregunto qué ha podido dañar el libro en el proceso de impresión. Al leer da la sensación de que Seix Barral sufre una tara editando. No es agradable. Ocurre lo mismo en la página 215. La "n" de "Tan protegida", en la cuarta línea, está machacada. O la "o" del "aproveché" de la página 209. Ha sucumbido. O la que se incrusta por debajo de la tercera "a" en la tercera línea de la página 83. Un desastre. Un mal trabajo, Seix Barral. Lo mismo que incluir en la portada a un dogo alemán, cuando el perro en quien se reencarna Kim en el relato es un beagle. Mira que es fácil montar la imagen con Photoshop. Pues nada, hasta el diseño de la Josep Bagà Associats es imperfecto, desacertado y descuidado. Como cuando lees la primera hoja, la de los créditos editoriales y te dice que la impresión del libro es 100% libre de cloro y que por lo tanto puede calificarse como papel ecológico. ¡Mon dieu! ¿A donde vamos a llegar? Papel ecológico. Claro. ¿Ecológico para el bosque, no? Estas cosas me incomodan, porque no se trata de un pliego publicitario que te encuentras por la calle. ¡La literatura es algo más serio! Pero bueno. Me queda el consuelo de saber que la traducción de Lidia Álvarez Grifoll es muy potente. Eso me ha gustado. Espero que le hayan pagado bien. Y que las ventas en España sean ridículas. ¿Qué diría Lisbeth Salander de estos disparates? Opinen ustedes. El resto es trabajo suyo. Yo ahora me siento más liviano ¿será porque he obtenido buen karma, Buda?
¿estás ahí? No me contesta. Igual está en plena meditación con un Pest Seller.

15 comentarios :

Tania G. Balleza Tahuil dijo...

Hola, que tal... interesante blog.

Tránsito Blum dijo...

Gracias, Ave Fenice. Espero que este Alto Vacío instigue más aún la Revolución de tu Conciencia. El desaprendizaje es la mecha para que explosione tu Nuevo Tránsito.

Bienvenida. Disfruta del vuelo.

Unknown dijo...

Lamento disentir, pero yo no interpreto las palabras «Que una vez abortara no bastaría para ir a un hormiguero. ¿O sí? Después de todo, BUDA NO ERA COMO EL PAPA. ¿O sí?.», como una condena al aborto, sino más bien como una crítica al Papa y a su postura frente al aborto.

Faly Lobato dijo...

Hola. No he terminado de leer la entrada porque me estoy leyendo el libro en este momento y no quiero que me destripes la historia. En cuanto lo termine te cuento. Saludos.

Blaudemar dijo...

Yo me acabé de leer el libro ayer. Y no estoy de acuerdo contigo.
A mí me ha gustado mucho y creo que intepretarlo como un planfeto antiabortista... pues no. Creo que es la postura lógica de Kim, que está resentida con su "amiga"...
Salvo la pretensión de entretener, no le encuentro ningún doble mensaje, ni mensaje oculto.

Tránsito Blum dijo...

Nina sale furiosa e iracunda hacia la puerta y el gato Casanova, que siempre ha sentido una atracción mayor hacia ella, intenta bloquear
su camino para que no llegue a abrirla porque observa otro segundo andamio que podría sepultarla nada más mover la puerta, pero Nina le pega una patada asesina al gato Casanova por toda la rabia acumulada que le han generado Alex, María y toda la situación, lanzándolo por los aires y estrellándolo contra un banco de madera que le parte el cuello. Homicidio involuntario.

El tema es que mata por accidente al gato Casanova, que quería salvarle la vida y gracias a quien ha sido posible llegar hasta el paradero de Lilly. Y Kim, que ahora abadera los valores del amor, consuela a Nina explicándole que no debe tener remordimientos porque el cuerpo es el envoltorio del alma.

Aquí se produce una lucha de pensamientos:

Primera: Si Nina mueres Alex quedará definitivamente libre.
Segunda: Podremos vivir nuestra vida como queramos.
Tercera: ¡Hola, se va a moriiiiiiiiir! (Escéptica)

Primera: Bueno
Segunda: Ya se reencarnará
Tercera: Pues tenéis razón

“Y Nina no estaría mucho tiempo muerta. Se reencarnaría. A lo mejor en un bonito conejo o en un fantástico caballo: a ella le gustaban los caballos. Y tampoco había hecho tantas cosas malas en su vida como para ir a parar muy abajo en la escalera de la reencarnación. ¿O sí?
Que una vez abortara no bastaría para ir a un hormiguero. ¿O sí?
Después de todo, Buda no era como el Papa. ¿O sí?.”

Su miedo le lleva a equiparar Buda=Papa. El aborto es su condena. Descenderá a los Infiernos (Hormiguero)

Los estúpidos "¿o sí?":

Ante esa INCERTIDUMBRE y la inseguridad que le provoca, Kim no desea a nadie el tormento (Infierno) que ella ha sufrido con las reencarnaciones, y menos para su amiga Nina.

Buda le dice que aún no está muerta del todo.

Kim piensa: "No estar muerta del todo es como no estar embarazada del todo."

Buda le contesta: "El aún lucha por salvarte la vida".

Kim pregunta: ¿Quién o qué es el "aún"?

Buda contesta: El "aún" es Alex (Alex personifica el AMOR)

Buda le dice a Kim que su ego ha mutado en ascensión gracias al buen karma que desprende porque está dispuesta a sacrificar algo importante por los demás.
Ese algo es su vida con su familia.

Si desmenuzas este tramo del relato obtienes un panfleto moralista muy tendencioso y simple. Es un gesto innoble por parte del escritor. Queda feo y hiere la sensibilidad del lector amable.

Anónimo dijo...

Es una novela divertidisima, sin mas pretensión que arrancar una sonrisa. Los millones de personas que la han leído no han sacado ninguna conclusión religiosa ni moralista de esta novela, simplemente han pasado un buen rato leyendo.

Pero claro siempre hay el sectario de turno que todo lo tiene que pasar por el filtro progre.

Es terrible que hoy en día sea cada vez mas habitual encontrar gente como el autor de este blog, que lejos de disfrutar de la literatura con la mente abierta y libre de prejuicios se dedique a la caza y captura de aquello que que no pueda ser políticamente correcto..

Anónimo dijo...

estoy deacuerdo con este ultimo comentario, yo tambie he leido el libro y lo unico que he sacado han sido cosas positivas, pasar un buen rato leyendo, distraerme, divertirme...lo que no me gusta nada es que siempre haya alguien dispuesto a criticar lo que a una mayoría le gusta, simplemente por eso, por que le gusta a la mayoría, de este libro se podrian criticar muchas cosas, que no compartes el humor, que la historía es predecible, mil cosas, pero es que si nos ponemos a analizar todo el libro con lupa se podrían sacar mil debates morales, lo cual no tiene ningún sentido. Además cuando dice lo de si se podría reencarnar en hormiga por haber abortado y llega a la conclusión de que tampoco es para tanto, hay que recordar que ella si se reeencarnó en hormiga por lo que sus pecados eran mucho mayores.yo estoy a favor del aborto y en ningún momento me ha he sentido ofendida ni nada por el estilo. por desgracia estamos en un mundo en el que se da más merito a personas que tiran el trabajo de otras por tierra, que a las que trabajan.

Anónimo dijo...

me parece curioso juzgar al libro como malo porque lo interpretas como un oculto alegato antiabortista, el libro es malo porque es horrososo, repleto de moralina estúpida desde el principio hasta el final y ni siquiera esa moralina es coherente. No tiene ningún sentido, todo es una construccion absurda para justificar un final todavía peor.
Pero eso sí, se lee facilmente y deja el mismo regusto que pasarse una tarde viendo telecinco.

lualui dijo...

Cuando acumulas el suficiente karma positivo puedes finalmente pasar de mamífero doméstico a gordo aberrante, el tipo de gordo mucho más alla de la obesidad mórbida, esa es una de las conclusiones evidentes de este maravilloso libro donde tanto Kim-María como Casanova (pg 310) lo consiguen, estableciendo así la norma de que en la escala evolutiva del karma trás los insectos y las adorables mascotas van las focas humanas. Todo esto, efectivamente, me hace reflexionar sobre las decisiones que estoy tomando ultimamente en mi vida y el asombroso aumento de mi trasero para concluir que estoy descendiendo, involucionando a marchas forzadas por el sendero del karma en vida.

alondra dijo...

El libro me gusto muchísimo!!! Vale la pena leerlo.. Creo qué el autor del block se lo toma de manera personal, me da la impresion de qué paso por una experiencia cercana de aborto por eso intérpreto de manera tan ofensiva el relato.. La historia es divertida y hace pasar un rato muy agradable..

Anónimo dijo...

Se podría decir más alto pero no más claro,,,, a mí también me llegó ese tufillo pestilente del que hablas,,,,y no solo en lo relativo a la metedura de pezuña "tema aborto", sino los comentarios de que los diabéticos se inflan a bollos y no merecen por ello el apoyo de la ciencia y la investigación médica,,, ufff,,, me decepcionó y sobre todo me cabreó este estúpido libro y por supuesto los juicios tan elaborados y tontamente rebuscados del autor, o deberíamos decir autora???? no tiene nada que envidiar a las cursis y facilonas novelas de la Keyes,,,, el final vomitivo por pasteloso, digo yo que podía haberse esmerado un poquito más y sorprendernos gratamente, y de paso acumular un poco de buen karma para él mismo, porque le hace falta.
A lo mejor el problema es que yo no soy alemana y no entiendo el humor tan negro de este pedazo autor.
prometía mucho y se quedó en nada,,, las críticas de la contraportada hablaban de una novela desternillante y algo así como "descubrir el secreto de la felicidad",,,, jajaja,,,, pués esa pedazo crítica es lo que más gracia me ha hecho del libraco este, así que ya ves!!! que lo compre quien quiera quedar a cuadros, que no digan luego que no avisamos.

Tránsito Blum dijo...

Jajaja ¡Fantástico tu comentario! Realmente deja un tufillo feo. Al tipo se le ve el plumero de alemán conservador y moralista de pesebre. Es de los que pagaría encantado las visitas de Ratzinger y obligaría a los demás (laicos, agnósticos y ateos) a dejar propina.

Yo no me di cuenta del feo que les hace también a los diabéticos. Agradezco que lo puntualices. Tiene para todos este/a evangelista zafio del karma mojigato y zambombo.

Ahora acaba de sacar otra machambada titulada ni más ni menos que Jesús me quiere. Jeje... se le veía venir. Pues soy yo quien NO me quiero ni imaginar todo lo que te puede destrozar el cerebro leer esta próxima bovela como no seas hipercrítico con sus ñoñeces desalmadas.

¡Saludos Anónimo! Gracias por participar en este Blog de Literatura. Ha sido un placer leerte. ¡Larga vida sana a la Razón!

Anónimo dijo...

Me he devorado el libro, lo encontre muy entretenido...solo como observacion puedo decir que los conejillos de indias se acostumbran a comer en Perú y no tanto en Chile da a entender en alguna parte del libro...
Respecto a la parte moralista del libro, pues solo lo he visto desde el punto de vista de la religion budista...aquellos que critican se han dado el trabajo de averiguar algo al respecto????? o sea, yo lo encuentro super consecuente con el tema del karma y buda...pienso que hay que verlo desde ese punto de vista...no se trata de moralidad ni de una forma oculta de entregar mensajes, solo es la realidad del tema que se esta tratando, el karma!!!
Pienso que todo critica debe ser informada y fundamentada y no sesgada desde un punto de vista...lamentablemente el dueño de este blog no investigo mas profundamente el tema y nos entrega una critica moral que queda fuera de lugar...mi mensaje sería, si no sabes de buda, de karma ni de reencarnacion, pues no critiques tan duramente....e insisto el autor solo fue consecuente con el tema principal del libro

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo con tu análisis!
Que bodrio de libro. Ridículo en mi opinión.