Fue declarado por el periódico The New York Times como el mejor libro del 2008 y algunos ya empiezan a decir que Jhumpa Lahiri se ha consolidado como una de las voces más importantes de la literatura norteamericana. Esta escritora de ascendencia bengalí nació en Londres y a los dos años se trasladó con su familia a Rhode Island, Estados Unidos. Sus tres libros giran en torno a la migración, la identidad y la familia. Todas sus historias de amor son inexorablemente tristes. Todas. Y lo son para que podamos entender la parte más difícil de la vida. Habla de bodas arregladas, de tradición familiar, de conflictos personales y de la emancipación personal. Tiene la virtud de mostrarnos ampliamente la conciencia de sus personajes imaginarios para entrar en la vida de esa gente como si fuera un viaje extraordinario. Detalla sus comidas, sus vínculos singulares, sus miedos, sus pasiones, y la importancia que poseen los lugares para que podamos desarrollarnos individualmente, lejos de esas tierras agotadas, donde ya no crece la patata por haber sido plantada durante demasiadas generaciones. Jhumpa Lahiri confiesa necesitar nuevos territorios, tierras desacostumbradas, tierras fértiles para crecer y tener una vida plena. Este deseo es el núcleo de investigación narrativa con el que parte para llegar con su literatura de victoria y realismo fidedigno a los más de 700 mil lectores de ascendencia bengalí en Estados Unidos que comparten estas vivencias y emociones sobre el exilio, la desilusión y la madurez obtenida en nuestra sociedad moderna, dentro de un mundo cada vez más fragmentado.
En Tierra desacostumbrada seremos testigos de ocho relatos independientes que se relacionan. Relatos sobre la vida bengalí exiliada en Norteamérica. Los personajes muestran todas sus inquietudes y preocupaciones de su cultura bengalí. Todo en este libro es bengalí. La sensación que me queda es de ser un libro para bengalíes, vetado a bengalíes. Yo, sinceramente, me he aburrido como un batracio en una pecera sin comida. No he podido extrapolar nada a mi mundo. Tengo la sensación de haber caído en un espacio hermético. El efecto provocado como lector es infecundo. A mi no me conmueve. Y me recuerda a otra obra aparecida recientemente donde sí removió todos y cada uno de mis sentimientos. Pero estas eran otro tipo de tierras. Fue la lectura En tierras bajas de Herta Müller. Una estructura similar. Once relatos interrelacionados para evocar el desarraigo de una comunidad de ascendencia suaba. Todos los relatos te atravesaban el alma. Soy consciente de que hay tierras y tierras. Ahora elijan ustedes.
4 comentarios :
Tiene muy buena pinta, me apete leerlo aunque no soy muy de relatos.
Un abrazo
Espero que tu apetito literario se arroje a la primera novela de Herta Müller. Ahí encontrarás narrativa poética mientras que en esta "Tierra desacostumbrada" sólo encontrarás tristeza baldía.
Saludos y bienvenida a este Alto Vacío.
Muchas gracias Tránsito, tampoco he leido a Herta, el viernes compré Tierra desacostumbrada, ya te contaré, estoy termiando El caso Kurilov.
Un abrazo
Me ha encantado "Tierra desacostumbrada" y, al contrario que al autor de esta reseña, en todas sus historias he podido ver un análisis universal en estas historias de bengalíes. Incuestionable su talento narrativo.
Saludos.
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