HURACANES EN PAPEL™ - Reseñas literarias

Sólo me queda esperar la aparición de un Nuevo Tifón Literario de magnitud cinco como los producidos por Mikhail Bulgakov, Thomas Pynchon o Roberto Bolaño. Ese día llegará y mi búsqueda no habrá sido en vano. Huracanes en papel™ 2007-2024

domingo, 28 de noviembre de 2010

Sunset Park, de Paul Auster


El martes pasado al acercarme por el escaparate de mi magnética librería fetiche irrumpió en mis retinas de una manera súbita la nueva novela de Paul Auster. Justo era el día de su publicación en España. Martes, 23 de noviembre. Dos semanas después de haberse puesto a la venta en EEUU. Esto si que es mercadotecnia y casualidad —me dije. Estamos de enhorabuena, o eso parece. Ahora empiezan a llegar los peces gordos de la literatura norteamericana. Vi la novela colocada en el centro de todos los libros. El lugar más visible y tentador de todos. El título es muy suyo, muy localista. ¿No querrá hacer lo mismo que Jonathan Franzeen? Pensé: —Mira a ese chico como lanza la moneda al aire. La va a atrapar. Y mientras seguirá su camino por Sunset Park, Brooklyn, el barrio neoyorkino del que Auster es cronista reincidente—. ¿Cuál será la nueva coincidencia que quiere mostrarnos? Todas sus obras contienen una. Es un juego austeriano que me resulta excitante resolver. En esta ocasión tiene que ver con la juventud y con El Gran Gatsby, la última gran novela americana.

Miles Heller tiene 28 años y trabaja para una compañía de Florida que limpia casas de familias que han sido desahuciadas. Está obsesionado con fotografiar los miles de objetos abandonados que se quedan en estas casas, en los que ve el alma y parte de la identidad de quienes habitaron esos hogares. Descubriremos un Hospital de las cosas rotas, que se especializa en la reparación de los artefactos de un mundo desaparecido. Una famosa actriz que se prepara para regresar a Broadway. Un editor independiente tratando desesperadamente de salvar su negocio y su matrimonio. Green-Wood, el cementerio de Sunset Park, un lugar muy literario. Y Pilar Sánchez, la chica de 17 años de la que se enamora irremediablemente. Pero un paso en falso y será acusado de abuso.

Sunset Park sigue las esperanzas y los temores de un elenco de personajes reunidos por el misterioso Heller Miles durante los meses oscuros de la caída económica de 2008. Todo está ligado entre sí por los temas de la película Los mejores años de nuestras vidas, con la intención de describir la América contemporánea y sus fantasmas. Sunset Park tiene la pretensión de querer contarnos la decadencia de norteamérica sin ofensas. Por mi parte no veo con claridad la tragedia que hay detrás de toda esta bancarrota que nos deseaba relatar. Sólo veo personajes borrosos y un envite a Dublinesca de Vila-Matas, un importante contacto literario que Auster tiene en España, donde recibió el Príncipe de Asturias. Durante la lectura no he querido tragarme ese tapón editorial que dice existir cuando utiliza a Rezo Michaelson para describirnos a los jóvenes escritores cercenados. Creo que como Auster no se espabile, se lo comen.

Iré leyendo poco a poco las críticas ajenas, pero no de aquellos que son fieles seguidores a su nombre sino a la literatura de altura. Auster necesita acercarse más todavía al laboratorio observacional de Don DeLillo: basuras, análisis crudo de la realidad, descenso radical al submundo, viajes directos hacia el Punto Omega. En Sunset Park tan sólo veo un tour de force emotivo pero que no llega a explotar. Repite otra vez el tema del incesto como hizo en Invisible, sin relevancia. Tan sólo rescato este párrafo, porque es aquí donde creo que está la verdadera posibilidad de hacer buena literatura. Con este enfoque. Y por último, no se dejen llevar por las famas y el renombre del autor, fíjense en la sensación final que les genera la lectura. A mi me ha decepcionado. Me recuerda a las películas de serie B. Tan sólo es humo y yo busco, ¡un Huracán en papel!, pardiez.
“Hay algo muerto en el vecindario, le parece, la desolada tristeza de la pobreza y la lucha del inmigrante, un barrio sin bancos ni librerías, sólo establecimientos para cobrar cheques y una decrépita biblioteca pública, un pequeño mundo aparte en donde el tiempo se mueve tan despacio que poca gente se molesta en llevar reloj.”

2 comentarios :

Julieta dijo...

Hola Transito, aquí Julieta... Yo lo he terminado hace unos mi minutos y buscando criticas mira donde he ido a parar.. Una vez mas...
A mi me ha encantado, aunque me ha dejado bien tocada. He empatizado como hacia tiempo.. Casi he sido una okupa mas... Después de los últimos de Auster, que tanto me habían desencantado este me ha reconciliado con ese Auster que me engancho hace ya años...
Que curiosa y fascinante es la subjetividad.

Por lo demás y con respecto a lo personal a ver si hablamos, espero que todo bien.
Un fuerte abrazo!

J. G. dijo...

no me voy a dejar austerizar más, ya tengo bastante